Tras una semana de espera un nuevo capítulo ha salido. Una nueva historia será contada y el temor invade nuestras pantallas. Así damos inicio a la reseña del capítulo diez de Ito Junji: Collection. A partir de ahora ¿qué horrores invadirán nuestra pantalla?
¡Advertencia! A partir de este momento habrá spoilers del capítulo
A partir de este momento procurare mantener la misma dinámica para las reseñas de este anime. Iniciando con un resumen del episodio, seguido de un breve análisis para finalizar con un comentario más general. Sin más por el momento apréstense a continuar.
Colección No. 109: Glicéridos
Los momentos en los que Yui puede sentirse fresca y limpia, solo son cuando contempla el monte Fuji. Para su desdicha ella vive con su padre y hermano, arriba del restaurante de barbacoa de su padre. Día tras día debe convivir con un ambiente impregnado de grasa, todo en su casa tiene una perpetua capa de grasa. Cierto día Yui descubriría que su hermano tiene por costumbre beber aceite como si de un refresco se tratase. Con el pasar del tiempo y su hermano entrando a la pubertad, no tardaron en brotarle una gran cantidad de barros. Esto le ocasionaba burlas y él se desquitaba con Yui.
Goro acabo por dejar la escuela, todo su tiempo lo dedicaba a estar en casa bebiendo aceite. Por un comentario de Yui, la ira de Goro creció y como castigo la intento matar. El padre interviene y noquea a Goro, tras este accidente Goro desaparecería y una deliciosa y misteriosa carne se añadiría al menú del restaurant. Yui comienza a tener unos inquietantes sueños, en los que se ahoga en grasa que sale del monte Fuji. Al despertar de una de estas pesadillas descubriría que su padre le ha estado haciendo beber aceite mientras dormía. No pudiendo confiar más en su padre comienza a estar en guardia y sin dormir. El padre pronto empieza a consumir aceite, una noche al bajar al restaurante, Yui vería como su padre corta pedazos de su pierna. Esta no sangra, solo salen chorros de aceite.
Nivel actual de grasa 100%
¡Qué asco! Esta es, literalmente, la frase que me pase repitiendo durante esta colección. Esta es una historia no apta para misofóbicos, solo de imaginar vivir rodeada de grasa, en los muebles, la ropa e incluso donde duermo, es muy desagradable. Todo el tiempo en esa casa era una tortura para Yui, no solo por la continua convivencia con la grasa, sino también por las constantes torturas de su hermano. La sensibilidad a la grasa de Yui se convirtió en lo único que podía mantenerla cuerda en esa casa del horror.
Si bien todo me pareció bastante repulsivo en esta historia, lo que sobrepaso el límite fue la escena donde el hermano se exprimió los barros sobre Yui. Esa escena consigue hacer sentir verdadero asco, admitámoslo la animación es pésima y aun así logra poner la piel de gallina contemplar aquello. Después de estar rodeado de tanta grasa y tomando aceite como si fuese agua, no es de extrañar esa anormal cantidad de granos. Recordemos que los granos provocados por el acné, son eso, exceso de grasa. Goro era pura grasa, y es evidente que aquella carne misteriosa se trataba de él. ¡Nada como una carne bien bañada en grasa!
El padre al final se convirtió en otro obseso de la grasa, al punto que incluso intento que Yui tuviera una suerte similar a su hermano. Sin embargo al ver que ella no bajaría la guardia, decidió optar con usar su propia carne ¿es en serio? Nada en esta historia va bien, lo que nos hacen pensar al final es que la grasa de algún modo ha logrado controlar esa casa. La suerte de Yui es totalmente incierta, la escena que contempla al final le confirma su peor temor. ¡El nivel actual de grasa es de 100%!
Colección No. 26: El puente
Kanako ve su rutina interrumpida cuando su abuela pide que alguien vaya a visitarla. Al llegar a aquel remoto pueblo, Kanako inmediatamente descubre la raíz del temor de la abuela. Un grupo de fantasmas están reunidos en el puente, hablándole para que vaya con ellos. Para pasar el rato la abuela decide contarle a Kanako acerca de una antigua tradición que existía en aquel pueblo. Ellos acostumbraban colocar a sus muertos sobre un tatami y dejarlos en el río, si lograban pasar el puente todo estaría bien pero quienes caían al río estarían condenados a vagar sin poder descansar.
Cuando la abuela Osode tenía 15 años se había comprometido con Shokichi, pero lamentablemente este falleció. Shokichi era muy alto y por ello su cuerpo quedó atorado en el puente al momento de realizar el ritual. La abuela teme porque siente su final cerca, ella le ruega a Kanako que cuando muera la entierre y no la arrojé al río. En ese momento Kanako despierta de su sueño y nerviosa se dirige donde la abuela. Al llegar se percata que todo luce como en su sueño, salvo por un pequeño detalle la abuela ya ha fallecido. De algún modo ya está sobre un tatami bajando por el río. No consigue pasar el puente y al final se une al resto del pueblo que continúan en aquel río.
Caer al río
Para esta segunda colección nos olvidamos del asco y en su lugar nos posamos ante una extraña tradición. Existen muchas tradiciones y rituales relacionados a la muerte. Para esta historia nos relatan uno que es especialmente azaroso, depende de tu suerte poder cruzar o no. Al morir se coloca al difunto sobre un tatami y se arroja al río, si cruza el puente podrá descansar, en cambio si cae al agua estará condenado a vagar. Al final del episodio pudimos contemplar como un gran grupo estaba a la espera de Osode, lo que nos indica que casi todo el pueblo continua vagando.
¿Todo fue un sueño de Kanako? O más bien ¿una premonición? La primer parte de la historia queda suplantada cuando descubrimos que Kanako continúa en el auto. Pero detalles aparte, Kanako se da cuenta que todo está como en su sueño. ¿Es acaso que la abuela la estaba llamando de otra manera? Para cuando Kanako llego a casa de la abuela, ya era tarde. Ella ya estaba muerta y su cuerpo ya se encontraba en el río. Osode no quería pasar por ese ritual, aquel sueño era su pedido de ayuda, tristemente su nieta llego tarde. Ni siquiera dentro del río sería capaz de recuperar el cuerpo de la abuela, el resto del pueblo ya estaba ahí, rodeándola.
Los rituales de muerte pueden llegar a ser muy extraños, las creencias de los pueblos son la que le da valides a estos. No ser capaz de descansar en paz si caes al río, más parece una condena que un deseo sincero por el fallecido. La costumbre de echar al río y dejar a su suerte al muerto, es excéntrica, porque parece una apuesta ¿será este muerto capaz de cruzar el puente?
Comentario final
Estas colecciones resultaron en algo bastante interesante de ver. La primera es asquerosa y la segunda es de cierta forma extravagante. La primera colección me ha dejado terriblemente asqueada, incluso pienso que no es sencillo describir el sentimiento. Para la segunda colección me encontré con algo más reflexivo, muy al estilo Ito. Nunca sabes en donde estas parado, el giro hacia el final de la historia consigue dejarte con dudas. Las dos colecciones son interesantes, nuevamente la primera apunta a lo grotesco antes que al terror pero eso la hace más interesante.
De estas dos colecciones tengo que decir que me gusto más la de “el puente”. Sin embargo “glicéridos” me impacto más. Que una historia, pese a la mala animación, consiga hacerte sentir verdadero asco, eso para mi cuenta mucho. La escena de los barros no se ira de mi mente en un muy buen tiempo. Y en general la sensación grasosa aun me acompaña. Parece que mi gen misofóbico podría estar despertando. La sola descripción de Yui de su casa me dejo con una sensación de suciedad cubriendo todo a mí alrededor.
En fin por esta ocasión aquí parare, mientras tanto no olvides dejar tus comentarios y decirme ¿Qué te ha parecido el capítulo? ¿En la escala del 1 al 10, donde 10 es el máximo, cuanto asco sintieron por la primera colección? Deja tus comentarios y nos estaremos leyendo, hasta la próxima.