En foros de comentarios en Japón se volvió tendencia un fragmento del libro del psiquiatra japonés Hideki Wada, en donde describió que el “síndrome de los hikikomori” se ha trasladado de los jóvenes hacia los adultos de mediana edad y ancianos. Desafortunadamente, volverse hikikomori a esta edad es mucho más peligroso que serlo cuando se es un adolescente, puesto que a esa edad muchos japoneses ya no cuentan con familiares que les apoyen.
«La razón número uno para convertirse en un hikikomori es la “jubilación”. Cada vez más personas de mediana edad y mayores se convierten en ermitaños, incapaces de soportar la “desesperación de no estar ya incluidos en las relaciones humanas”. A diferencia del retraimiento de los más jóvenes, el de las personas de mediana edad se ha convertido en un problema grave, pues ya no tienen familiares a los que recurrir. La causa es un sentimiento de alienación provocado por la creencia de que ya no hay “conexión” con otras personas y por una simpatía superficial».
«Al observar a las personas del mundo en general, no sólo a los pacientes, desde la perspectiva de un psiquiatra, parece que hay muchísimas personas que sufren de alguna manera este tipo de incapacidad para confiar honestamente en los demás. No pueden conectar bien con la gente. No pueden sentirse seguros y conectados. Esto significa que creo que hay muchas personas que tienen esa sensación de alienación».
«De hecho, he llegado a creer que este sentimiento de alienación es el tema central de los problemas mentales del pueblo japonés. Han pasado más de 30 años desde que el síndrome hikikomori se convirtió en un problema social, y el término “Problema 8050” se ha convertido en un tema de interés (“niños” de 50 años dependiendo de “padres” de 80 años)».
«Se trata de una situación trágica en la que una persona que se convirtió en un recluso social de joven sigue siéndolo hasta los 50 años, y sus padres tienen ahora 80 y ya no pueden hacerse cargo de ella. Esto puede conducir a un prolongado estado de retraimiento. De hecho, según una encuesta realizada por la Oficina del Gabinete en 2018 sobre personas de entre 40 y 64 años, solo el 2,1% de los que se volvieron hikikomori por primera vez tenían 19 años o menos, mientras que casi el 40% se volvieron hikikomori después de los 50 años».
«La razón número uno para convertirse en un hikikomori fue la jubilación. Es cierto, desde el punto de vista de un psiquiatra, que muchas personas sienten un fuerte sentimiento de alienación y desesperación por no poder incluirse en las relaciones humanas tras dimitir de una empresa, lo que significa que no pueden tener relaciones humanas y se convierten en hikikomori tal cual».
«Como psiquiatra que trabaja con personas mayores en mi trabajo diario, he llegado a la conclusión de que el síndrome hikikomori no es tanto un problema de los jóvenes como un grave problema de las personas de mediana y avanzada edad. Más concretamente, a diferencia del síndrome hikikomori de los jóvenes, también existe el grave problema de la pérdida de familiares a los que recurrir».
«Se ha convertido en una importante labor de los psiquiatras ponerles en contacto con el bienestar y reavivar sus conexiones con otras personas, pero es preocupante que algunas personas tengan dificultades para abrirse a ese personal y su sensación de alienación no remita».
Fuente: Livedoor News
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