lightbulb_outline Esta reseña sobre Arte contiene spoilers. Si no has visto el capítulo, te recomendamos hacerlo y después regresar a leer la reseña.
Capítulo 10: La cena de Katarina
Arte es invitada para cenar. En la casa de Yuri ve como Katarina es feliz , además su afición la comparte con todos. Katarina le cuenta sobre Gimo y Bouna y su sopa de pan. Luego Arte tendría una conversación con Yuri, quien le cuenta todo lo que vivió su sobrina en el campo. Katarina debe regresar a casa, pero no se ve feliz, porque no considera a su casa hogar y a su familia no la ve como familia. Arte decide que deben buscar a Gimo, luego de confrontarse con Malta. Se dirigen a la Isla Murano, donde Katarina ve a Gimo y se va con él, Arte la pierde pero logra encontrarla, escuchando la última conversación que tendrían Gimo y Katarina. Días después Arte está a punto de ser despedida, pero la niña lo impide, mostrando modales. Sofia también lo interpela, con lo cual Malta se iría y madre e hija se darían su primer abrazo en la vida.
Opinión del capítulo
Ha sido un buen capítulo, solo que muy rápido sucedieron las cosas. Recién conocimos a Katalina a finales del capítulo 8, la conocimos un poco más en el anterior y en este ya se nos presenta una suerte de solución a su conflicto. El problema de esta rapidez es que es más difícil poder conectar con ese personaje, empatizar. Lo mismo para Gimo y Bouna, no podemos empatizar ni comprenderlos realmente porque apenas vimos de ellos unos minutos. Las historias han sido tan reducidas y las resoluciones de conflictos tan rápidos. A eso se le añade los subtemas, que son muy buenos e interesantes, pero que quedan más sueltos. Pensamientos de personajes como: ¿por qué la nobleza quiere destacarse?, ¿por qué existe esa diferencia, no somos iguales?, esto por el lado de Katalina (y algo que realmente creo un niño puede pensar). Entendemos el porqué la niña llegó a pensar así, pero fue como que nos aventaron la respuesta y no pudimos gozar el proceso. El tiempo es un cruel tirano.
El que no trabaja no come
Al igual que Myne, para Katalina el que no trabaja o no apoya en la preparación de alimentos no debe comer, por ello Yuri también trabaja al lado de la servidumbre. Yuri lo hace más por la felicidad de su sobrina, pero en Katalina el sentimiento es más puro, ella no se enfoca en las diferencias ficticias, es decir las sociales, sino en las igualdades naturales, es decir la humana. El que Katalina haya crecido en el campo ha ayudado mucho para que piense así. Es en este momento donde también Katalina le cuenta a Arte su historia del gusto por la cocina. Gracias a eso Arte logra comprenderla más y dentro de todas las igualdades ve diferencias también, sobre todo cuando conversa con Yuri.
El pasado de una pequeña noble
Yuri tiene una conversación frente al fuego con Arte, le cuenta el pasado de su sobrina de manera muy concisa y rápida. Katalina fue a vivir al campo junto con unos sirvientes, la señora se llamaba Buona y tenía mucha leche, por lo cual la noble recién nacida fue a vivir con ella. Buona tenía un hijo, Gimo, dos años mayor y que con el pasar del tiempo llegó a ser muy buen amigo de Katalina. Pero todo cambiaría cuando la enfermedad atacó, Buono moriría repentinamente y al no tener con quien quedarse, Malta recién se enteró de que su hija seguía y mandó a traerla. Katalina no pudo despedirse de Buona. Al llegar a la casa donde no fue criada se sintió extraña y ahí fue donde Yuri la volvió a ver sola y llorando, ese sería el momento en el cual el vínculo entre tío y sobrina se haría mucho más fuerte.
Las desventajas de ser invisble
En el nuevo hogar y hasta estos momentos de la historia, Katalina era una niña invisible para todos, nadie le prestaba atención, simplemente la dejaban a las criadas y a las tutoras, aunque incluso para estas Katalina no era más que alguien sin importancia. Lo que quiere un niño de la edad de Katalina es atención, afecto y guía. Por esto Katalina se portaba así, porque es la única forma de llamar la atención de los padres, era la única forma de aparecer ante alguien, solo así le tomaban importancia. Si ella se hubiera portado bien, su padre no le hubiera puesto más atención y su madre pensaría que todo está bien. El que un niño sea invisible ante los ojos de los padres es devastador para el niño. Esa atención, aprecio y guía que no encontró en su familia la encontró con su tío Yuri, pero sobre todo con Bouna y Gimo.
¿Quienes son familia?
Hay una famosa frase que creo todos hemos escuchado: padre es el que cría, no el que engendra. Con esa sencilla frase podemos entender realmente los sentimientos de Katalina. Ella consideraba a Bouna y a Gimo su familia, porque creció con ellos, porque ellos la vieron y la cuidaron, le dieron afecto y la trataron como una más de su casa. También podemos usar otra frase: hogar es ahí donde uno se siente bien. Katalina se sintió demasiado bien con esos “sirvientes”, ahí está su hogar, por eso le dice “ese lugar” a la casa donde vive ahora, porque no puede encontrar felicidad a un lugar que dentro de todo sigue siendo desconocido. Arte logra entender todo esto, así que decide buscar a Gimo y hacer que Katalina y él se encuentren para que puedan conversar y arreglar las cosas, porque la pequeña pensaba que ellos jamás la consideraron su familia.
Viaje a la isla
Arte se embarca con Katalina a la Isla Murano, lugar donde vive Gimo (Yuri le dio un papel a Arte con la dirección). Apenas iban a iniciar su búsqueda cuando Katalina ve a Gimo, lo reconoce a pesar de estar más crecido y va hacia él. Arte la pierde de vista y la busca, encontrándola momentos después. Katalina se veía feliz, como si hubiera pasado algo con Gimo, este también se ve contento, pero cuando Katalina ya tenía que retirarse Gimo le grita que no vuelva. La niña voltea y le pregunta por qué. Gimo le dice que debe estar con su familia y que ambos deben llevar una vida diferente, nacidos en condiciones diferentes sus vidas también los son, así que ambos deben esforzarse al máximo para poder ser mejor. Katalina interioriza esas palabras de su querido “hermano” y entiende lo que debe hacer de ahora en adelante, la única forma de poder juntarse con él es siendo independiente, cuando esto pase Gimo la estará esperando.
Tomar fortaleza, confrontación
Pasan días, Malta está decepcionado de Arte, por lo cual la va a despedir, pero de golpe llega Katarina y, mostrando un gran comportamiento, le dice al padre que no lo haga, que ha sido su culpa. Malta no tolera la insolencia de su hija, pero Sofia interviene y defiende a su hija, confrontando a su marido. Malta se retir diciendo que hagan lo que quieran. Sofia se muestra nerviosa y temblando, imagínense, es la primera vez que le habla así a su esposo. Pero esto solo conlleva a la escena más emotiva del anime: Sofia se inclina ante su hija, acepta sus errores e ignorancia, dice no saber qué hacer, pero su hija tiene las palabras indicadas: un abrazo fuerte. Sofia, con todo el amor que no ha podido darle, le da el abrazo y ambas se quedan unidas física y emocionalmente. La madre pudo redimirse y la hija pudo hallar un nuevo hogar.
El capítulo fue bueno por el final emotivo, esa fue la carne del plato. Era más fácil empatizar entre madre e hija porque las conocemos más, porque sabemos que Sofia no quería estar lejos de su hija, solo seguía esas normas, que Katalina considera tontas. Lo apresurado del desarrollo se nota, no vimos varias cosas que nos hubieran parecido interesantes: la conversación con Gimo (Arte la buscó como 5 minutos y la encontró, pero parece que conversaron mucho), la historia de Gimo y su madre, la crianza de Katalina y más. Esperemos este anime tenga un cierre hermoso.