Esta reseña sobre Slime Taoshite 300-nen, Shiranai Uchi ni Level Max ni Nattemashita contiene spoilers. Si no has visto los capítulos, te recomendamos hacerlo y después regresar a leer la reseña.
Slime Taoshite 300-nen, Shiranai Uchi ni Level Max ni Nattemashita – Capítulo 11: Comí un hongo y me volví una niña
Por sugerencia de Halcara, todas las residentes de la casa de la bruja del altiplano tienen una hongofiesta. Disfrutando de un completo festín de hongos comestibles que la propia Halcara consiguió del bosque cercano. Sin embargo, también había hongos que ella misma cultivó, algunos lo cuales eran tóxico. Lo que no supo Azusa hasta después de comerse uno de ellos, quedando inconsciente. Al despertar, Azusa tenía la apariencia de una niña.
Mientras Halcara investigaba una forma para revertir el efecto del hongo, Azusa era consentida por todas las demás chicas, pues su nueva apariencia era tan adorable que no lo podían evitar. Hasta que Halcara aparece frente a la bruja del altiplano para darle las noticias del avance en su investigación, pues pese a todo no sabe cómo regresarla a la normalidad. Por lo que Azusa decide invocar a Beelzabub en busca de que el conocimiento de los demonios pueda ayudarle.
Luego de llegar a la capital del dominio demoniaco, Azusa en compañía de sus hijas y Beelzabub se encuentran con Pecora. Quien le recomienda a la bruja del altiplano que vaya al piso más alto del Árbol del Mundo, pues en el piso 108 podrá encontrar una gran cantidad de medicinas diversas, entre las cuales podría encontrar la que necesita. Ya que el Árbol del Mundo es una mazmorra, Falfa y Shalsha se quedan en el castillo del Rey Demonio, mientras que Azusa es acompañada por las hermanas leviatán, Vania y Fatra.
En su aventura por la mazmorra, Azusa descubre que el Árbol de Mundo no es tan salvaje como esperaba, de hecho es bastante turístico. Además de que al llegar al piso más alto por la medicina se encuentra con una vieja conocida, Eno, la bruja de la cueva. Pues sus píldoras de mandrágora que esta crea son lo que necesitaba sin saberlo.
Una vida lenta, una trama lenta
Así como lo he mencionado en episodios anteriores, la trama de este anime es bastante tranquila. Pese a tener oportunidades de volverse más agitada, nunca llega a serlo. Algo que si bien me gusta el estilo con su parecido al género Recuentos de la Vida, creo que están exagerando un poco. En lugar de sentir una trama tranquila en reconfortante, cada vez la siento más lenta y hasta un tanto aburrida.
A diferencia de otras series con un estilo similar en cuanto a la tranquilidad en su trama, siento que Slime Taoshite 300-nen, Shiranai Uchi ni Level Max ni Nattemashita se estancó al no mostrar un desarrollo claro. El objetivo principal de Azusa fue el vivir una vida pacífica en su nueva vida, sin embargo, ese “objetivo” se esfumó con la llegada de más miembros en su residencia. Si bien algunos podían pasar sin interponerse en su objetivo, como lo serían sus hijas, el tener tantas razas en su casa me hace esperar ver diferentes interacciones más “activas”.
Técnicamente Azusa es la intermediaria entre los dragones rojo y los azules, para evitar una nueva pelea entre sus especies. Pero sus “peleas pacíficas” no le han aportado nada a la serie, ya sea para el avance de la historia o para el desarrollo de los personajes de Laika y Flatorte.
No pido que la trama tome profundidad como derrotar al Rey Demonio (algo que ya hizo Azusa). Simplemente que le den un objetivo para el cual avanzar y así mejorar el desarrollo de los personajes. Pues, personalmente no le he visto ni siquiera una pista o incentivo para hacerlo. De hecho, los arcos que pudieron darle más interés a la trama fueron demasiado cortos o resumidos. Por ejemplo, el buscar la forma de volver a la normalidad a Falfa, o incluso conquistar la mazmorra del Árbol del Mundo. Fácilmente pudieron haber durado más de un episodio sus arcos.
Diferentes tipos de fanservice
En Slime Taoshite 300-nen, Shiranai Uchi ni Level Max ni Nattemashita – Capítulo 11 aparecieron distintos tipos de fanservice. Desde el típico fanservice ecchi con las escenas de Azusa con la ropa desgarrada y las dos escenas del baño. Hasta el fanservice para los amantes del yuri con las insinuaciones de Pecora. Y por supuesto, el fanservice de un personaje en su forma loli, en este caso la protagonista. Que por cierto, debo confesar que se veía bastante adorable en esa apariencia, con el punto extra de mostrar inconscientemente expresiones infantiles.
En cualquier caso, creo que debieron de haber tomado más más hincapié en mostrar a las hermanas leviatán que en la última escena del baño. Refiriéndome a que, a mi parecer, este arco fue el perfecto para darles una presentación más detallada de las hermanas. Especialmente porque ellas mismas mencionaron una excursión en la que estuvieron en el pasado en el mismo Árbol del Mundo. Así como también la mención de sus padres. Era la oportunidad perfecta para saber cómo terminaron trabajando para Beelzebub. Aunque solo hayan sido flashbacks de su pasado, realmente siento que no se aprovechó correctamente el desarrollo y trasfondo de sus personajes.
Pero, sobre todo, el mayor problema que sentí en Slime Taoshite 300-nen, Shiranai Uchi ni Level Max ni Nattemashita – Capítulo 11 fue la falta de emoción pese a ser el penúltimo episodio de la temporada. Pues, de haberle dado más “epicidad” a la conquista de la mazmorra, el arco pudo haber durado dos episodios. Finalizando el anime con el regreso de Azusa a su forma normal. Claro que aprovechando para darle el trasfondo a Vania y Fatra, además de una pequeña comparación por parte de la bruja del altiplano con sus propias hijas, imaginándolas con una relación similar cuando estas fueran grandes.
Eso último ya fue más mi imaginación que cualquier otra cosa, por lo que podría o no ocurrir en el manga y/o la novela ligera. Pero, ya sea que ocurra o no, realmente siento que este penúltimo episodio me dejó mucho a deber. Para estar tan cerca de finalizar Slime Taoshite 300-nen, Shiranai Uchi ni Level Max ni Nattemashita.