¡Advertencia! Esta reseña sobre Fruits Basket 2 capítulo veintidós contiene spoilers. Si aún no has visto el episodio, te recomiendo que vayas a checarlo y después regreses a leer la reseña.
“Eso no es lo que quiero”
Fruits Basket 2 capítulo veintidós inicia con la continuación de la plática entre Yuki y Kakeru. Finalmente Yuki puede expresar sus sentimientos y liberarse de ese peso en su corazón. Mientras tanto los preparativos para el festival continúan avanzando, puesto que la obra no está avanzando tan bien se ha decidido cambiar todo el guion. Yuki confronta a Kyo, quien tiene cosas que lo atan al pasado, pero al final Kyo acaba aceptando su papel por el bien de Tohru.
Los verdaderos sentimientos de Yuki
Uno de los momentos que más había esperado ver animado finalmente nos ha alcanzado, la confesión de los verdaderos sentimientos de Yuki. Desde el capítulo anterior ya podíamos ver la magnitud del peso que estaba cargando. Es lamentable pero, aun ahora, se tiene un estigma muy negativo sobre los sentimientos no románticos entre dos jóvenes del sexo opuesto. Existe una creencia popular que dice que un hombre y una mujer no pueden ser amigos, que inevitablemente siempre nacerán otro tipo de emociones. Real o no, esta idea se extiende a cualquier tipo de afecto, incluyendo la admiración y el anhelo.
Los ojos con los que Yuki ve a Tohru, son los mismos con los que un niño ve a su mamá, inocentes, puros y llenos de admiración, es una idealización total. Pero esto no parece ser algo que los demás verían normal, los sentimientos de Yuki son pesados porque se alejan de lo normal, y aquello llamado “normalidad” es otro de los grandes anhelos de Yuki.
La razón por la cual Yuki no se enamoró de Tohru, es porque ella era una idealización de su mayor anhelo. Él nunca conoció el afecto de una madre, y por ello continuo buscándolo y anhelándolo. Lo cierto es que ni siquiera él mismo fue consciente de esto hasta el día en que Tohru fue tras Kyo, ese día hizo su mayor descubrimiento: lo que siempre vio en aquella chica no era la figura de una mujer. Aquello que siempre estuvo persiguiendo en ella, eran los vestigios de un anhelo primario.
Se volvió consiente de su propio corazón pero eso mismo lo hizo incapaz de exteriorizarlo, porque no sentía que fuera la forma correcta para relacionarse con una chica. Se obligó a cambiar su percepción, pero simplemente no pudo, no se sentía correcto. Porque sin importar que, el corazón no puede virarse hacia donde no apunta. Para Yuki era imposible tener sentimientos románticos porque antes necesitaba otro tipo de afectos, y una vez que los encontró no le fue posible pensar en cambiarlos.
Manabe le pregunta si acaso no está sobreracionalizando sus propios sentimientos para evadir el rechazo, porque para todos es muy obvio que Kyo y Tohru tienen un vínculo afectivo más profundo. Algo que seguro más de uno pensó, pero ese no es el caso en absoluto. No cabe duda que Yuki admira y envidia muchas cosas de Kyo, incluyendo su amor por Tohru, pero no es por celos mezquinos y un sentimiento de derrota que acepta no amar románticamente a la chica. Se trata de un asunto de su propio corazón, es él el que no quiere que sus sentimientos se simplifiquen de esa forma.
Llama solitario a todo esto porque justamente eso es, es algo triste y solitario que rechacen tus sentimientos, que tú mismo lo hagas. Yuki no se rindió ante nada, él simplemente acepto lo que siempre estuvo en su corazón, Tohru es quien lo acepto y lo cobijo en ternura y comprensión. Negar que todas esas emociones existen, seria terriblemente solitario, porque ella se volvió la base para construir sus futuras relaciones. Ella nunca será una figura pequeña en su vida, siempre será quien dejo los cimientos para que él pudiera encontrar su propio camino.
Mientras uno avanza, el otro retrocede
Finalmente la verdad que más ha pesado en el corazón de Yuki ha conseguido salir a flote y la sensación de paz que lo acompaña es refrescante. El crecimiento de Yuki ha comenzado a acelerarse, sus cargas han comenzado a liberarse de a poco. Parte de todo esto se debe al apoyo incondicional que Tohru le ha brindado, gracias a eso Yuki pudo salir de su caparazón y abrirse a más experiencias. Una de esas experiencias que le ha traído grandes avances a la liberación de su verdadero yo, fue el aceptar el cargo como presidente del consejo estudiantil. Gracias a ello ha podido relacionarse con gente que se sale de su control y lo obliga a encarar las cosas de forma más directa.
Entre todos quien destaca para fomentar el desarrollo de Yuki es Kakeru. Este chico sin duda se ha vuelto en un amigo irremplazable para Yuki, entre bromas tontas y comentarios desubicados, Kakeru se ha ganado la confianza del presidente. Finalmente Yuki tiene un amigo verdadero, alguien que no lo ve como un príncipe perfecto y se acerca a él sin reservas. Las cosas comienzan a brillar para la rata, aún no está perfectamente bien pero sin duda está avanzando, ya ha dejado la obscuridad.
En contraposición tenemos a Kyo, él todavía está muy lejos de poder soltar lo que lo retiene. Puede ser que él cuente con amistades, el amor de Kazuma y el vacilante corazón de Tohru, pero nada de esto importa realmente si él mismo no es capaz de perdonarse. Lo que encadena el corazón de este muchacho no es algo simple, el peso de la maldición es bastante más turbio para él, sin embargo eso no es lo único que lo retiene. No podría contarlo sin recurrir a los spoiler pero tiene mucho que ver con las palabras que escucho al enfrentarse a Yuki.
A diferencia de Yuki que ha podido abrir su corazón y sincerarse, Kyo aún no puede hacer eso. Porque en el momento en que lo haga tendrá que encarar todas sus culpas, una carga muy pesada para un adolescente. Es por ello que el felino no abandona su jaula, necesita esas defensas o no podría soportar el dolor. Si deja de culpar a otro, si abandona su odio, entonces deberá dirigirlo hacia sí mismo. No podría vivir con eso, abandonarse al autodesprecio no es algo que necesite en este momento, por ello elige odiar. No es que realmente lo haga, es lo que necesita para sobrevivir. Kyo no está cerca de salir de la obscuridad, no aun.
El amor está en el aire
No me puedo ir sin hablar de lo hermoso que fue ver el nacimiento real de una ship y por supuesto el momento Kyoru. Existe una cosa que nos puede encantar en un instante, la apreciación de nuestro yo real. Algo con lo que Yuki ha lidiado siempre, y continua lidiando aun, es con la impresión de todos de que él es como un príncipe. Sabemos que no nadie lo hace con la intención de burlarse de él, que simplemente lo han idealizado y lo tienen en un pedestal muy alto. Pero esto no es algo que a Yuki le encante, porque él no se aprecia como ese ser perfecto.
La razón por la que se volvió cercano a Kakeru es justamente porque él no lo idealiza, lo trata como un igual a diferencia del resto. Y es justamente en esto que Machi hace su aparición, ya antes vimos que ella tiene una afinidad bastante buena con Yuki, lo sabe interpretar bastante bien. Ahora la confirmación de esto le llego al propio Yuki, aquella chica no lo ve idílicamente, ella está viendo su yo real, al menos eso es lo que nos da a pensar.
Pero bueno, el mayor fangirlismo se lo debemos a la escena final. Un Kyo regañado vuelve al aula de clases para descubrir que Tohru no se ha ido por estarlo esperando. Sabemos que él la ama, pero también que no planea actuar en consecuencia a ese amor, pero verla ahí esperando por él, derriba sus defensas. El acercamiento fue simplemente natural, quería sentir el calor que lo hacía real, ella estaba ahí, y era por él. Su respuesta fue más de lo que esperaba, acepto su papel por el bienestar de ella, los problemas con los que él lidia no deben arrastrar a Tohru. Además él se prometió aprovechar el tiempo de libertad que le resta, estando a su lado.
Para Tohru no fue menos, todo el tiempo se preocupó por él, por facilitarle que se integrara. Su corazón cada vez es más sincero, el calor que Kyo desprende en ella no es fútil.
Comentario final
Fruits Basket 2 capítulo veintidós ha sido un episodio lleno de emociones diversas. La conclusión a los sentimientos de Yuki fue un momento verdaderamente emotivo con un final bastante divertido, Kakeru y Kimi saben cómo romper con la tensión. El enfrentamiento de Yuki y Kyo fue muy intensa, además que nos deja muy en claro el punto en que ambos se encuentran. Me encanto la diferenciación de todos entre ambos, luz y obscuridad mezclándose para dejarnos apreciar la diferencia en el corazón de ambos. Obviamente lo mejor fue para el final, la escena de Kyo y Tohru fue de lo más adorable.
Antes de cerrar con esto, ¿no creen que Ayame siempre hace excelentes apariciones? Realmente ame verlo tan apasionado para ayudar a Yuki y su obra. Además volver a ver a Mine en acción, persiguiendo chicas lindas para vestirlas, fue todo un deleite. Los preparativos para obra escolar han sido muy ocurrentes, empezando con una Tohru muy afligida por no poder interpretar bien su papel. Ese coqueteo inicial entre Tohru y Kyo mientras la molesta con el guion me encanto.
En fin, esta ha sido mi impresión de este capítulo, díganme: ¿Qué les ha parecido este episodio? ¿Cuál es su opinión de los sentimientos de Yuki? En su opinión ¿se puede obligar a alguien más a enfrentar sus cargas? El siguiente capítulo tendremos la ansiada obra escolar, les aseguro que será una gozada ¿la están esperando? Yo llevo 10 años esperándola, quizás más ya no sé contar.