Esta reseña, por supuesto, contiene spoilers del episodio
Resumen del capítulo:
Hakuno, Saber y Rin llegan al tercer piso, un lugar salido de un cuento para niños con un gran reloj en el centro de una escultura. Allí observan que el elevador hacia el cuarto nivel ha bajado pero no es posible acceder, por lo cual estiman que un Master aun esta en este nivel. Se encaminan hacia un castillo donde podría estar el Jefe de Piso, en el camino Rin y Hakuno conversan sobre las almas; al parecer pueden existir personas en Seraph de la cuales solo han quedado sus espíritus sin un cuerpo físico llamados Cyber Ghost. Estos son, según Rin, errores que no tienen un rumbo fijo y que Moon Cell se encarga de borrar una vez que los encuentra, y habla acerca de “Death Face”, que sería algo parecido a los Cyber Ghost con la diferencia que estos últimos no son violentos.
Al llegar al castillo, Hakuno se separa del grupo al ver y perseguir una niña, una vez que la encuentra esta se sorprende de que Hakuno pueda verla y se presenta como Alice, un Cyber Ghost. Alice le pide a Hakuno que juegue con ella ya que siempre tiene que hacerlo sola, es así como mientras ellos pasan tiempo juntos conocemos un poco sobre la vida de Alice y de que ella es una Master; pero un poco diferente ya que no es una maga y, además, un fantasma. De la nada Hakuno aparece enfrente de Rin y Saber que estaban buscándolo; de nuevo juntos continúan explorando el castillo.
Tanto Rin como Hakuno se ven inmersos en ilusiones separadas que tiene algo en común, en ambas Misao Amari, la chica junto a Shinji en el primer episodio, se encuentra presente y les habla. Después de volver a la realidad descubren extrañas marcas en una pared, con las cuales Rin recuerda que allí se encontraba un monstruo que no podía ser derrotado. En ese momento dicho monstruo los ataca y Saber logra defenderlos; comienza un breve encuentro donde Saber logra cortar el monstruo a la mitad, pero al hacerlo, todos son transportados al mismo lugar y tiempo cuando se bajaron del elevador. Rin deduce que al ser derrotado el día empieza de nuevo, repitiendo la historia hasta que le convenga al enemigo; además, recuerda que había un Servant con ese Hogu, llamada Nursery Rhyme, transformando los sueños de los niños en historias reales.
Opinión:
Raro. Sin dudas, esa sería la palabra más adecuada para describir, a rasgos generales, este episodio que no ha hecho más que confundirme. El desarrollo del capítulo ha sido muy confuso, si bien pueden entenderse algunos aspectos, no deja de haber huecos o partes innecesarias; que, tal vez si hubieran sido creadas de otra forma se habría logrado una mejor comprensión de la situación. Más allá de entender que nuestros protagonistas se encuentras en un nuevo piso sacado de la mente de un niño repitiendo el mismo día una y otra vez mientras derroten a su oponente, el resto del contenido es pobre y de poca importancia, este contenido al que me refiero son las ilusiones por las que pasan Hakuno y Rin o los momentos entre Hakuno y Alice. El dialogo entre estos últimos podría estar ubicado en el siguiente episodio una vez conozcamos la situación del piso actual, cosa que se nos revela hacia el final y en poco más de cinco minutos de explicación, en vez de hacer un largo descubrimiento por partes mientras los protagonistas investigan.
Aceptando lo anterior solo puedo decir que el personaje de Alice ha tenido un mejor desarrollo que el de los personajes que hemos visto a través de los pisos; ella simplemente habla sobre toda su vida, o mejor dicho muerte, su pasado y la enfermedad que la llevo a su deceso, sin olvidar como los médicos la examinaban y utilizaban como campo de pruebas. Algunas cosas como esta dan un mejor toque a la historia pero apenas apartamos la vista de Alice o nos la quitan de la escena, vemos el paisaje de fondo; es entendible que al ser un sueño de un niño carezca de mucha lógica o realismo, pero eso no significa que deba estar dibujado por uno. Podrían mantener o mejorar la idea si hubieran creado un escenario con más detalle y mejor animación de la que nos están presentando durante todo el episodio.
Las ilusiones por las que pasaron Hakuno y Rin podrían haber estado ubicadas en otro tiempo, uno en el que ambos se encuentren con intereses cruzados o que no sepan que hacer en determinada situación extrema, y recapaciten a través de estas ilusiones; algo clásico y común pero que no deja de quedar bien. Hablando de los personajes, estos no han hecho algún avance significativo y nos los culpo ya que no han pasado por una situación extrema que los requiera; Hakuno sigue igual de apático aunque vemos lentamente que su cabeza funciona un poco más que lo mostrado en anteriores episodios; Rin solamente es un enigma andante, hablando de cosas que solo ella conoce y sin explicarlas a fondo; y Saber parece estar encerrada en su propio mundo, volviendo cuándo la situación lo requiera.
No percibo alguna progresión por parte de ninguno, aunque tal vez espero demasiado de algo que solo porta el nombre de Fate pero que falla en asemejarse en algo a sus predecesores. Si no fuera por los términos “Master” o “Servant”, que son utilizados de vez en cuando, llegaría a pensar que estoy viendo cualquier anime en general y sin nada en específico. Básicamente, de ningún personaje emana la sensación de encontrarse en una Guerra por el Santo Grial; no irradian esos sentimientos de ambición que hacen parecer a los personajes más humanos y menos como simples dibujos con sonido de fondo. No sé adónde nos llevara Fate/Extra Last Encore, pero solo puedo esperar que sea lo más próximo a un verdadero anime de esta franquicia; porque por este camino no llegara a nada bueno.