lightbulb_outline Esta reseña sobre Tensei shitara Slime Datta Ken contiene spoilers. Si no has visto el capítulo, te recomendamos hacerlo y después regresar a leer la reseña.
Batalla en la aldea goblin
El capítulo comienza con Rimuru planeando cómo enfrentar a los lobos, pero para su pesar los goblins están en muy mal estado y tienen muchas bajas. Con la intención de reforzar sus defensas utiliza un método extraño para sanar a los goblins heridos: meterlos en su interior y utilizar las plantas medicinales que absorbió a modo de pociones.
Tomadas ya las medidas necesarias, solo falta esperar por los lobos quienes, a su vez, esperan la noche para atacar la aldea. La batalla es tan intensa como corta; mientras que los goblins matan a la primer ola de lobos gracias a una trampa hecha con una habilidad de Rimuru, el propio slime utiliza su skill “hilo viscoso” para atrapar al líder lobo y decapitarlo con su espada de agua.
En un intento de ahuyentar a los lobos restantes, Rimuru asimila y toma la forma del líder lobo (junto con sus habilidades), pero en lugar de huir, la manada restante se une a él. Terminado el conflicto, el slime comienza a pensar en las necesidades básicas de la aldea, pero antes que eso, decide darles nombres a los goblins y al nuevo líder lobo.
Luego de dormir por tres días a causa de gastar toda su magia (o magículas), Rimuru se sorprende al ver que tanto los goblins como los lobos han evolucionado. Con una comunidad formada, el slime establece normas básicas para los habitantes y retoma sus ideas de desarrollo para la aldea, comenzando por la ropa y la infraestructura cosas, que los goblins conseguían de los enanos. Es así cómo nuestro slime se dirige a una nueva aventura, esta vez, a Dwarven, el país de los enanos.
La importancia del nombre
Terminada la pelea con los lobos y con una población aún mayor Rimuru se vio en la necesidad de llamar a cada monstruo por su nombre, ¿cómo afecta esto a la historia?
Bien, en el capítulo anterior, Verudora le habló acotadamente a nuestro slime de la valía de tener un nombre, y en este capítulo queda claro cuál es el valor del que hablaba el dragón: la evolución. De modo que se puede asumir que un ser superior, al otorgar un nombre, está creando un vínculo con otras criaturas, ayudando a que alcancen un nuevo estatus, en este caso, los goblins pasaron a ser hobgoblins y goblinas y los lobos ahora son lobos Tempest, en ambos casos con un gran cambio de apariencia y habilidades, y aquí es donde se abre otra incógnita, ¿de qué forma evolucionó Rimuru al ser nombrado por Verudora? De momento es difícil saberlo, pero siendo ya un ser anormal anteriormente es interesante pensar en cómo habrá influido su nombramiento.
El diablo está en los detalles
Con una primera mitad del capítulo vertiginosa, lo que más esperaba era ver a los lobos en acción y siento que valió la pena, pues, pese a que se veían un poco extraños estando quietos, al comenzar la acción se notó un gran dinamismo en sus movimientos sin perder los detalles y eso es algo que se aprecia en animes donde la acción y la velocidad suelen darnos cuadros pobremente dibujados.
Dicho esto, el resto del capítulo se desenvuelve en una calidad similar a los anteriores, haciendo hincapié en pequeños detalles como esa gota de sangre colgando sobre el hilo o la secuencia de curación de los goblins, donde podemos ver en efecto cómo sus heridas van sanando. Espero y ruego que las secuencias que vengan en el futuro tengan el mismo nivel de dedicación y que estos tres capítulos no hayan sido solo de gancho.
Otro detalle a mencionar es que la secuencia del ending se va actualizando conforme avanza la trama y eso es algo a destacar porque habla de la dedicación del estudio.
Slime sedentario
Nuevamente yendo contra el canon que plantea el Isekai, nuestro protagonista decide que en lugar de recorrer el mundo ayudará a desarrollar la aldea de los goblins, comenzando por cubrir sus necesidades básicas en cuestiones de alimento, vestimenta y vivienda, y para ello planea recurrir a los más habilidosos de cualquier mundo de Fantasía, los enanos.
Esto puede ser interesante porque de decidir quedarse en el lugar, la pequeña aldea pasará rápidamente a ser una ciudad y el estar emplazada en el gran bosque de Jura la ubicaría en el centro del mapa respecto a los demás países. Una vez más, las acciones del slime mueven los engranajes del mundo, pero ¿cómo tomará el mundo las acciones de este slime?
Opinión final
Algo de acción, más desarrollo del mundo y goblins haciendo poses de Jojo han hecho que el capítulo se desarrolle de forma ágil y entretenida. Habiendo pasado apenas tres capítulos desde que nuestro slime reencarnó, ya podemos ver el fruto de sus acciones en lo que es la recién formada comunidad de goblins y lobos, y podemos conjeturar hacia donde empieza a encaminarse la historia.
Como expresé más arriba, me gustó la presentación y resolución al conflicto con los lobos, así como el hecho de que Rimuru apele más a la estrategia que a la fuerza bruta, de modo que podemos ver las habilidades que ha ido ganando presentadas de un modo ingenioso.
También es destacable ver un mundo con reglas establecidas como el hecho de que las magículas (algo cercano a lo que sería la capacidad mágica de un individuo), tenga su límite y que a su vez las razas tengan un orden evolutivo.
De momento el anime ha mostrado mucho humor en sus secuencias, lo que no es necesariamente malo, siempre y cuando pueda regular la dosis cuando lleguen momentos más serios.
La historia parece ir rápido con la intención de dejar incógnitas para desarrollar en largo, por lo que es posible que no tengamos todas las respuestas esta temporada (recuerden que la historia se desarrolla en novelas que ya llevan más de 10 volúmenes), pero por ahora tenemos un slime, un dragón, goblins, lobos y… ¿enanos? Ya lo veremos la próximas semana.
Buenas tardes. Al autor de la reseña: excelente redacción.
y yo que ya los odiaba por goblin slayer , ya me lei parte del maga y queria verlos muertos a todos
Cuando te cambian la receta de Goblins XD, joder buscan que se me quite ese odio.
Interesante reseña.