Al sacar la basura en Japón, siempre se debe estar consciente de que lo que se está sacando será incinerado. Una razón de esto es el complejo sistema de clasificación de reciclables de Japón, que exige que los residentes clasifiquen sus artículos de vidrio, plástico, metal y papel por separado. La otra razón, sin embargo, es que una vez que saca algo como basura incinerable, probablemente no haya esperanza de recuperarlo. Como ejemplo de lo segundo, considere el caso de Takehiro Tsutsumi, un fanático de las idols de 45 años que vive en la ciudad de Ashiya, en la Prefectura de Hyogo.
Como muchos fanáticos de las idols, Tsutsumi compra mercadería de las artistas que admira, pero a principios de octubre tiró una camiseta de uno de sus grupos favoritos, que fue incinerada el mismo día, solo para luego intentar recuperarla. Él se las arregló para deducir que la basura incinerable de su casa era llevada a un centro de incineración en el distrito de Nishiyodogawa en la ciudad de Osaka, por lo que se comunicó con las instalaciones y les dijo: “Quiero que devuelvan la camiseta del grupo de idols que tiré“. Desafortunadamente para Tsutsumi, el personal del centro de incineración había estado, como siempre, realizando su trabajo de forma eficiente, por lo que su camiseta ahora no era más que humo y cenizas, por lo que el centro le informó que no era posible devolverla.
En contraste con la rápida incineración, la ira de Tsutsumi hirvió a fuego lento durante las próximas semanas. Finalmente, el 1 de diciembre recurrió a las redes sociales, pero no para pedirle al grupo que re-lanzara las camisetas o para ver si podía conseguir alguna de uso, sino con un mensaje que decía: “El Centro de Incineración de Nishiyodogawa explotará en dos horas“. Tal vez hubiera habido un momento en el que el mensaje hubiera sido descartado como el parloteo sin sentido de un troll de internet, pero el ambiente desde el ataque incendiario a Kyoto Animation ha levantado los niveles de precaución en todo Japón, por lo que la instalación fue evacuada inmediatamente.
La investigación posterior llevó a las autoridades hasta Tsutsumi, y aunque la falta de explosivos encontrados en las instalaciones sugiere que el fanáticos de las idols había hecho una amenaza falsa, el lunes fue arrestado por cargos de obstrucción forzada de actividades comerciales. Hasta el momento, aún no es claro el por qué Tsutsumi pasó de tirar su camiseta a intentar recuperarla con tanto fervor como para hacer una amenaza terrorista, de cualquier manera, su estupidez en momentos de alta tensión en Japón probablemente le hará pensar dos veces a cualquiera que intente pasarse de listo la próxima vez.
Fuente: The Sankei News
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