Esta reseña sobre Deca-dence contiene spoilers. Si no has visto el capítulo, te recomendamos hacerlo y después regresar a leer la reseña.
Capítulo 3: “Transmisión”
Deca-dence estrena su cuarta entrega con la intromisión accidental de Pipe, Kaburagi y Natsume en una batalla subterránea. Esta última desoye las advertencias del jefe y se entromete en la lucha. Tras un primer momento de pánico, se supera a sí misma y llama la atención de la guerrera “tanker” Kurenai, que la admite en “El Poder”.
Pronto, la corporación cyborg organiza un gran evento en las cumbres heladas del antiguo Everest. Se trata de una batalla final contra el nido de “gadolls” que no se ganará, sino que purgará “gears” y “tankers” débiles e inspirará nuevos héroes. Sabiendo esto, Kaburagi visita a Natsume y la fuerza a no participar. Sin embargo, tras una charla con Kurenai y una reflexión personal, nuestra protagonista participará en la batalla.
Análisis: rebelarse contra un manuscrito
Una semana más, la trama de Deca-dence avanza sin entretenerse hacia los puntos más claves de su universo ficticio. Afrontar sin rodeos el enfrentamiento al nido de los “gadolls” es consecuente con los 12 episodios programados para la serie. En este sentido, el guion nos está revelando también que habrá conflictos superiores y, desde luego, sigue una estela bastante imprevisible.
De hecho, uno de los elementos más interesantes de esta propuesta es la sorpresa. Deca-dence construye en un mundo donde incluso el comportamiento de los personajes y sus limitaciones nos abren el camino a diversas tramas. Normalmente, hay finales preestablecidos que aceptamos desde el primer momento, y aunque podemos teorizar sobre una liberación de los humanos y los cyborgs, la trama se quiere definir a sí misma como algo más complejo.
Por ejemplo, la actitud de Kaburagi no es la de acabar con el sistema en el que vive, es desafiarlo a pequeña escala y en la sombras. Incluso siendo así, siente emoción de volver a las batallas de su mundo, el vértigo de sentirse aceptado de nuevo se escenifica en el simple instante en el que se le encienden los ojos.
En definitiva, si sumamos a las particularidades de los personajes el sistema gigante que los esclaviza, no resulta fácil teorizar qué ocurrirá en adelante. La propia historia, al igual que sus personajes, quiere rebelarse contra un manuscrito previsible. (O eso espero).
Dualidad óptica: ¿quién tiene razón?
Ya hemos trazado líneas explicativas sobre las dos visiones del mundo que hay en Deca-dence, encarnadas por Natsume y Kaburagi respectivamente. En este capítulo, el mundo que conocen los humanos cruza una barrera insalvable con el de los cyborgs. Kaburagi conoce la verdad y no desea que su joven aprendiz muera en vano, pero para Natsume, no es un manuscrito programado, es la vida y quiere desatar toda su fuerza en ella, vivir al máximo. ¿Quién tiene razón? Los dos, pero son razones incompatibles.
Aparte de subrayar y alabar las intensas escenas que explican estos sentimientos, me viene a la mente el famoso Mito de la Caverna de Platón. La historia que diseñó el filósofo parece destinada a repetirse en historias dispares en el tiempo, los medios y la cultura, más de 2000 años después. En breve comparación, los humanos viven una mentira, una realidad diseñada por otros, justo lo que ocurre en el interior de la caverna platónica, donde los hombres creen que las sombras del fuego son la vida.
La inspiración de un ídolo
Donde Kaburagi ve un sistema que purga lo inútil y manipula emocionalmente a los seres que lo integran, Natsume ve una encarnizada lucha por la supervivencia y sueña con alcanzar a sus héroes. Kurenai y sus “tankers” es una inspiración, un ideal. La valentía y el desarrollo excepcional de la guerrera la motivan a perseguir sus sueños hasta la última de las consecuencias.
Por otro lado, el resto de personajes que integran el elenco de secundarios están muy bien diseñados en sus rasgos particulares, su rol e incluso su personalidad.
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©DECA-DENCE PROJECT -
©DECA-DENCE PROJECT
A modo de conclusión
Esta semana en Deca-dence, se aceleran los acontecimientos. Los protagonistas se enfrentan a un visión incompatible de la lucha y se separan inevitablemente. Kaburagi ve una purga y un manuscrito cruel, Natsume ve una oportunidad para acabar para siempre con los “gadolls”. Irónicamente, los humanos ignorantes son más felices, soñadores y ambiciosos que aquellos que conocen la mentira.
En general, la serie sigue desarrollando una trama coherente, con giros sorprendentes, y que parece saber integrarse en los 12 capítulos que la encuadrarán.