¡Advertencia! Esta reseña sobre Tokyo Revengers capítulo dos contiene spoilers. Si aún no has visto el episodio, te recomiendo que vayas a checarlo y después regreses a leer la reseña.
#2 Resist
Tokyo Revengers capítulo dos da inicio con una recapitulación de lo que ocurrió el capítulo anterior. Takemichi ha pasado dos días encerrado en casa de Naoto aprendiendo todo lo que necesita saber del Tokyo Manji. Según la teoría de Naoto, podrá regresar al pasado al día que están pero de hace doce años cuando se den un apretón de manos. La misión de Takemichi es evitar que Sano Manjiro y Tetta Kisaki se conozcan y así no exista el Tokyo Manji que conocen. Con un apretón de manos, Takemichi de verdad vuelve al pasado, y la situación es terrible pues su condición de esclavo le hace perder su fuerza de voluntad. Apunto de rendirse un encuentro con Hinata le devuelve el valor.
Aun sin saber cómo avanza su misión, Takemichi se entera que las peleas de apuestas no se detendrán y el siguiente en pelear será Takuya. Todos saben que Takuya no es un buen peleador pero no pueden hacer nada al respecto, Takemichi recuerda que esa pelea casi mata a su amigo. Viendo la camaradería de su grupo de amigos, Takemichi comprende la gran amistad que los une a todos. Más tarde, con todos reunidos para ver la pelea, Takemichi se arma de valor y detiene el enfrentamiento, su plan es retar a Kiyomasa a un uno contra uno.
Un objetivo aplastante
La diferencia entre la realidad y las expectativas puede resultar muy dura. La habilidad de Takemichi de viajar en el tiempo le compro un poco de confianza, la cual se afianzo con la intervención de Naoto. Lamentablemente Takemichi ignoro lo más básico, regresar en el tiempo implica revivir las cosas, no hay ninguna solución mágica en automático. Ingenuamente creyó que al venir del futuro las cosas irían fácilmente, pues en teoría cuenta con más experiencias y conocimiento, pero la realidad resulto ser aplastante. La condición de esclavo del grupo de Kiyomasa no iba a simplemente desaparecer. Inicialmente esa fue la razón por la que huyo en un principio, al revivir el trauma es lógico que nuevamente busque una salida.
La situación no es sencilla en ningún nivel, su misión es acercarse a alguno de los líderes del Tokyo Manji, cosa que no es fácil siendo él lo más bajo de lo bajo. Sumado a ello esta que debe revivir su trauma, ser esclavo de Kiyomasa nunca fue fácil, se volvió cobarde ante su poder. Si bien ahora tiene una segunda oportunidad, en realidad no significa nada si no aprende a aprovecharla. La impotencia y el temor se apoderaron de él, y en realidad nadie puede culparlo, el miedo, la pena y el dolor que sufrió en el pasado no son cosas que nadie quiera repetir. Y finalmente, la posibilidad de algún cambio debe iniciar en él, solo si él camba lo demás también cambiará.
Takemichi es consciente de esto anterior, pero su espíritu fue golpeado y herido tan pronto regreso al pasado. Volvió al lugar de donde creyó finalmente había escapado. Su cobardía es natural, y sus pretextos hacia sí mismo también lo son. Siendo racionales, él no le debe nada a Hinata ni a Naoto, podría lavarse las manos de este asunto si realmente lo quisiera. Ya huyo una vez, nada lo detiene para que no lo haga de nuevo. Si, siendo racionales, Takemichi no tiene por qué aguantar el dolor nuevamente. Sin embargo, esta historia, y especialmente Takemichi, no es racional, es enteramente emocional.
Determinación para proteger
Después del apabullante fracaso, Takemichi busca salir de todo esto, sin embargo ocurre la remontada, la emoción se renueva y un nuevo empuje sale a flote. Es evidente que Takemichi no es fuerte, físicamente hablando, sin embargo tiene bastante resistencia, una resistencia que se extiende al ámbito mental también. La resiliencia de nuestro protagonista se basa en sus sentimientos. Justo como ocurrió en el primer episodio, solo hizo falta que sus emociones se calentaran para recomponer su compostura. Hanagaki no es alguien frio, de hecho es bastante cálido y amable, es por ello que no puede evitar amar de esa manera. Él sabe que no es fuerte, que quizás es quien necesita la protección, pero no teme dar un paso al frente por quienes harían lo mismo por él.
Como dije antes, Takemichi es enteramente emocional, pone su corazón por delante del dolor y el miedo. También posee su propia brújula moral y esta lo guía en su vórtice de emociones. Él es cobarde, no le debe nada a nadie, quiere a Hinata y ella es una buena persona, hay tantas emociones y pensamientos, pero para él las cosas se aclaran gracias a esta brújula: Hinata no merece morir, no por ellos. En realidad eso es todo lo que necesita para renovar sus ánimos, mientras él se crea en la elección correcta puede avanzar hacia delante. Él no es un estratega, pero su ingenuidad la recompensa con determinación y agallas. Ingredientes esenciales si quieres proteger algo, o a alguien.
De hecho son estas dos cosas las que demuestra en su elección de enfrentar a Kiyomasa él mismo. Redescubrir su amistad con Akkun, Takuya y los demás, lo ha llevado a entender que a ellos también debe protegerlos. Pero como ya dije, el cambio debe venir de él, solo así habrá repercusiones en el futuro, de otra manera las cosas solo seguirán su cauce. De nuevo, Takemichi no es un estratega, enfrentar a quien ya le dio una paliza no es el plan más brillante. Pero las agallas y la determinación que demuestra ya lo hace un ganador, cualquiera que sea el resultado.
Comentario final
Tokyo Revengers capítulo dos ha sido un episodio de aprendizaje y coraje. Inicialmente este capítulo nos hace recapitular lo que ya sabemos y nos ofrece nuevos datos para completar el rompecabezas. Aunque no es una explicación detallada, tenemos una buena comprensión del poder para saltar en el tiempo de Takemichi, lo que puede servir para muchas teorías futuras. Además este episodio nos brinda una regresión y una superación, ninguna se superpone a la otra y fluyen naturalmente. El trauma del pasado y la esperanza por el futuro convergen en este capítulo, sin llegar a estorbarse, un excelente trabajo de guion.
Antes de cerrar con la reseña hablemos del ending, Koko de Iki wo shite de eill, es una pieza que musicalmente resulta muy estimulante. El ritmo es muy estilo pop, con algunas notas de jazz, no es tan adictivo como el opening pero consigue quedarse en tu cabeza un buen rato. En cuanto al visual, se enfoca mucho en Hina, dos detalles muy especiales son revelados, el collar y el parque. Oscila entre los tonos oscuros, con Hina, y el brillo, para Takemichi. Hay algunos detalles interesantes al final, pasan rápidamente pero hay fotografías de los integrantes del fututo Tokyo Manji, si se dan su tiempo hay alguno que otro spoiler en eso.
Hasta aquí la reseña, les dejo las preguntas de costumbre: ¿Qué les ha parecido este capítulo? ¿Les convenció la idea de salto en el tiempo que usaron en esta historia? ¿Además de la determinación y las agallas, es necesaria la fuerza para proteger a los demás? ¿Cuál es su opinión de la fuerza mental de Takemichi?