¡Advertencia! Esta reseña sobre Fruits Basket Final capítulo siete contiene spoilers. Si aún no has visto el episodio, te recomiendo que vayas a checarlo y después regreses a leer la reseña.
“Así es, está vacío”
Fruits Basket Final capítulo siete da inicio con un recuerdo de Kyo del tiempo que conoció a Kyoko. Pronto aquel sueño se transforma en una pesadilla que le impide avanzar, las cadenas de la culpa no le dejan pensar en un buen futuro. Por otro lado, Shigure mantiene una interesante conversación con Ren. Ella continua arrastrando su obsesión por Akira, su esposo y padre de Akito, ese amor enfermizo es lo que le impide amar a su hija. Shigure se despide pero no sin antes provocarla. Cegada por su locura Ren se dirige al cuarto de Akito con un cuchillo para recuperar lo que sea que ella tenga de Akira.
Lo que Ren intenta recuperar es una caja que Akito ha cuidado todos esos años, una caja vacía. En medio de su pelea, un nuevo lazo se rompe y Akito comienza a entender que todo se está desmoronando. Kureno intenta hablar con ella y pedirle que cambien, pero para Akito ya es tarde. En su arrebato termina apuñalando a Kureno y huyendo del lugar. Por su parte, Tohru está lista para hablar con Kyo y le pide que la escuche, pero Kyo no está en su mejor momento.
El legado de Akira
Ahora que la maldición lentamente se está desvaneciendo, el tiempo de reflexionar en sí misma le ha llegado a Akito. El dios del zodiaco es una existencia preciada, como su título lo supone, esa existencia es cuidada y respetada como si de una deidad real se tratase. El clan Sohma tiene muchas tradiciones e ideas arcaicas, no solo el tema de su maldición pesa sobre su historia. Ya que se trata de un clan grande y respetado, en cada generación debe existir alguien que ocupe el mayor rango, la cabeza de la familia. Este puesto no necesariamente está relacionado con las reencarnaciones del zodiaco. El hecho que Akito naciera como “dios” y heredero del líder del clan fue una jugada del destino.
El anterior líder, padre de Akito, fue un hombre que experimento la soledad, como muchos otros que ocupan un puesto importante. Creció protegido e incapaz de relacionarse cómodamente con otros. En medio de esa soledad abrumadora conoció a una mujer dispuesta a darle lo que más anhelaba, compañía y entendimiento. Ren Sohma era una sirvienta que consiguió derribar los muros del líder del clan, no es que fuera especialmente difícil. La propia Ren también era una existencia solitaria, unirse a Akira fue lo que le dio un sentido a su vida.
Ambos, Ren y Akira, se vincularon a través de su mutua soledad, pero cada uno atesoro eso de manera diferente. Mientras que Ren se obsesiono con ser la única mujer para Akira, llegando a rechazar a su propia hija en el proceso. Akira por su parte, atesoro su vínculo con Ren de forma natural, la considero su compañera y la amo de la mejor manera que pudo. Pero lo que no consiguió fue transmitir su sentir a Ren. Él era feliz con el nacimiento de Akito, no porque fuera “dios”, sino porque ella fue el fruto de su amor con Ren. Deseaba que ella lo viera de la misma manera pero eso no se pudo lograr.
Lo que podemos reprocharle a Akira es su pobre habilidad para transmitir sus palabras. Su consuelo hacia su única hija acabo por ser tomado de la peor forma posible. Akira realmente creyó en que Akito era una existencia especial y que nació para reunirse con aquellos que la habían operado por tanto tiempo. Pero parte de sus palabras también estaban cargadas con su propio deseo, para que Akito no resintiera el rechazo de su madre. Trato de darle consuelo al demostrar que había otros que la amarían sin importar que. Como dije, fue una pobre elección de método. Al final no fue capaz de enseñarle lo esencial, el amor da libertad no la arrebata. Se fue sin ates de grabar esta enseñanza a conciencia.
Debido al rechazo de su madre, el consuelo irresponsable de su padre y el fanatismo ciego del clan, Akito creció sin crecer realmente. En todo ese tiempo nunca hubo alguien que le enseña las cosas correctas e incorrectas, o que le pusiera límites, o que simplemente la viera como una existencia especial por ser ella misma y no “dios”. Carente de todo “sentido común”, así fue como ha vivido toda su vida. Recibiendo la amabilidad a medias del resto. Es obvio porque se aferra a los vínculos, sin ellos no es nada, jamás ha podido ser algo que no fuera “dios”. Puede que ahora sea tarde para reconocerlo, pero bien dicen que el primer paso al cambio es la aceptación.
La culpa de Kyo
Mientras que Akito sigue cayendo en su propio pozo de desesperación, Kyo se ha devuelto hacia esa misma situación. Si bien es cierto que Kyo hasta ahora no había trabajado en sus sentimientos, eso toma un nuevo sentido al ver más de ese pasado que no termina de revelar. La conexión de Kyo con Kyoko no es nada nuevo, ambos estuvieron en muy buenos términos en la infancia de Kyo. Pero su conexión resulto ser más profunda y dolorosa que solo un par de pláticas ocasionales. El joven tiene una conexión con el accidente de Kyoko y hay un fuerte lazo de culpa que lo ata a ella.
La culpa no es algo ajeno al gato, ese es un sentimiento con el que ha cargado desde la muerte de su madre. No es ninguna sorpresa que los fantasmas de su madre y Kyoko sean los que lo atormenten cuando él considera un futuro feliz. Para Kyo, ese simple pensamiento es algo imperdonable, pues el sentimiento de llegar a destruir lo que ama y le importa lo supera. Aquello que acabo recordando el episodio anterior, no fue el accidente de Kyoko sino la culpa que debe cargar. Un pecador como él, tan solo se ha estado engañando a sí mismo, no hay manera en que pueda ser feliz, no después de haber ocasionado tanto dolor.
¿Por qué fue el ver la gorra lo que desencadeno su ataque? porque aquella gorra es la prueba física de su cobardía. Una culpa tan terrible y abrumadora no es algo que uno simplemente pueda cargar, menos siendo tan joven e inmaduro. Esa gorra es el pretexto que él mismo busco. Cuando la vio, le regreso todo, hasta las palabras de Kyoko. Él necesitaba a alguien a quien odiar, necesitaba a quien culpar, solo así podía respirar y apartar la mirada a su dolor. Si no empujaba esos sentimientos en alguien más, terminaría siendo asfixiado por ellos. Así que si, él lo recordó, que no tiene derecho a ser feliz.
Detalles
Similar a la reseña anterior, mencionare algunas cosas que no voy a desarrollar pero es bueno tener a consideración:
- Los capítulos del manga que se adaptaron en este episodio fueron: el 115, 117 y 118.
- Estamos en el arco más obscuro de la historia, así que creo que ya podemos dar por perdidos los momentos soft antes del dolor infinito. Hasta siempre “cita” para las compras de Tohru y Kyo, hasta siempre Kyo siendo un viejo verde persiguiendo a la linda Tohru.
- Finalmente Kureno dio un paso hacia el cambio, lamentablemente llego algo tarde. No está de más aclarar que aunque la escena de Arisa y el gorrión muerto se intercala con Kureno siendo herido gravemente, estas no están del todo relacionadas. Aquel gorrión no es Kureno, tan solo es una alegoría a su situación actual. Pero no teman no significa que este muerto. Es más bien una metáfora a su papel. La muere de aquel gorrión representa la muerte simbólica de su acto como zodiaco. Él ya no puede, ni debe volver a interpretar aquel papel.
- Shigure regresa para proclamarse el verdadero maestro entre las sombras. No solo admitió indirectamente que manipulo a Ren para usar a Rin, le dio su golpe de gracia al elevar a Akito sobre ella. Obviamente eso lo hizo con total intensión, Shigure está haciendo todo lo posible por liberar a Akito del fantasma de su padre. Ojala lo hiciera de manera menos manipuladora.
- La ruptura de la maldición de Hiro es de lo más hermosa. No solo abrazo a su hermana como primer impulso, es tan reconfortante que allá tenido a su madre para contenerlo.
Comentario final
Fruits Basket Final capítulo siete ha sido un episodio muy tenso. Ya se ha vuelto demasiado evidente que estamos en la recta final. Los momentos dulces y tranquilos pasaron a ser sustituidos por la constante tensión y graves revelaciones. El ritmo narrativo ha tenido un excelente cause, la constante tensión no ha dejado de ser efectiva. El trabajo en la animación ha mantenido su nivel, pero el trabajo de los seiyuus se sigue superando constantemente. Estoy bastante satisfecha con la dirección de este proyecto, los detalles en general son muy bien cuidados y eso se agradece enormemente.
Antes de cerrar con esta reseña permítanme aclarar que aunque hago algunos comentarios acerca de escenas que se han eliminado, en realidad estoy bastante satisfecha con el trabajo de esta temporada hasta ahora. Soy alguien muy peculiar y muy particular respecto a la narrativa en las historias, y al menos sé que Fruits Basket Final ha estado haciendo un trabajo muy bien pulido con este aspecto. Las omisiones no son descaradas, los saltos se cuidan y el rusheo del que lo acusan es infundado. No creo ser menos fanática del manga por disfrutar de esta adaptación pero si me duele ver que quienes se dicen fans de esta obra se han vuelto tan intragables. En fin, nuevamente solo soy yo, siendo “otra fan intragable” desde la perspectiva de otro.
En fin, estas han sido mis impresiones de este capítulo, díganme: ¿Qué les ha parecido este episodio? ¿Creen que el amor pueda ganar contra la culpa? ¿Realmente ese era el precio que debía pagar Kureno por su amabilidad indiferente? El capítulo ocho será muy duro, les aseguro que alguien va a llorar y muy seguramente ese alguien seré yo.