No es ninguna mentira decir que el último año y medio ha sido difícil para Akihabara. En la última década, el barrio se ha convertido en uno de los principales destinos turísticos de Tokio, no sólo para los fanáticos acérrimos del anime y los videojuegos que vienen a llenar sus maletas con los tesoros de sus tiendas especializadas, sino también para los viajeros que quieren echar un vistazo a la vibrante subcultura que se exhibe. Pero con Japón cerrado a los viajes internacionales durante la pandemia, y muchos residentes evitando también los viajes nacionales, parece que casi todos los meses llegan noticias de que otro punto de referencia de Akihabara cierra por falta de clientes.
No sólo los negocios orientados a la cultura otaku de Akihabara están sufriendo la crisis. b, una empresa de carnes y restaurantes, se fundó en Akihabara en 1949, mucho antes de que hubiera anime en la televisión o videojuegos de cualquier tipo. El edificio principal de Akihabara, de diez plantas y construido en 1991, se encuentra a sólo tres manzanas de la estación de Akihabara y está repleto de restaurantes que ofrecen platos de carne como hamburguesas, chuletas de cerdo y yakiniku, listos para servir a viajeros hambrientos de diversos presupuestos. Lamentablemente, Mansei se ha visto obligado a poner el edificio en venta.3
Desde hace algún tiempo hay indicios de que las cosas no van bien en el edificio Mansei Akihabara. Incluyendo el sótano, hay once plantas de restaurantes en el interior del edificio, pero en 2020 se redujeron las operaciones a medida que la pandemia empeoraba, y en la actualidad sólo funcionan los de las plantas primera a la quinta. Sin embargo, el anuncio de que el edificio está a la venta fue un impacto emocional para muchos, con reacciones en línea que incluyen: «No puede ser… ha sido un sueño mío para un día derrochar para una cena de lujo de carne en su restaurante de la planta superior en mi camino a casa de Comiket» y «Ya no puedo soportarlo más, ¡estoy harto de esta pandemia!».
Sin embargo, la esperanza es lo último que debe morir, y Mansei ha aclarado que, aunque vende el edificio, no tiene previsto cerrar todos sus restaurantes. Una vez que se encuentre un comprador, la empresa quiere seguir gestionando sus restaurantes sobre la base de un arrendamiento de su espacio en el edificio. También ha publicado una actualización desde su cuenta oficial de Twitter asegurando a todo el mundo que el anuncio de que el edificio está a la venta no tiene ninguna relación con los restaurantes que están abiertos actualmente, y que los de las plantas uno a cinco están trabajando como siempre.
No obstante, hay un posible tinte oscuro en el lado positivo, ya que si Mansei no puede encontrar un beneficio financiero en tener la propiedad del edificio, podría muy bien ser porque no creen que haya un beneficio financiero en la gestión de los restaurantes de las once plantas, en cuyo caso existe la posibilidad de que ciertos restaurantes cierren y tengan su sección del edificio alquilada a otros inquilinos.
Fuente: SoraNews24
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