El portal japonés Toyo Keizai publicó un artículo señalando la actual dependencia de la industria de la animación en China, y los efectos que las imposiciones y restricciones del contenido audiovisual distribuido en el gigante asiático han tenido sobre el mercado y la forma en que se producen las animaciones.
«“Gran parte de las series de la temporada de Primavera-2021 no fueron emitidas de forma simultánea en China. Si esto continúa de la misma forma, la industria del anime se verá fuertemente reducida en ganancias”, señaló el ejecutivo de una compañía de producción de animación. La industria de la animación japonesa está siendo actualmente amenazada por las “nuevas regulaciones del contenido de internet” que el gobierno de China implementó recientemente».
«En el pasado, China tenía una estricta regulación sobre el contenido importado emitido en las salas de cine o emitido en televisión, pero era relativamente tolerante con el contenido emitido en línea. Como resultado, las distribuidoras locales vieron una oportunidad y experimentaron un gran apogeo, emitiendo contenido previamente regulado y revisado, pero en general no censurado por el gobierno de China. No obstante, esto ya parece ser cosa del pasado. El efecto dominó de la caída de la animación japonesa en China podría traer serios problemas al propio Japón».
«Las ganancias por la venta de derechos de distribución en China son actualmente gran parte de las ganancias de una industria de animación japonesa que no puede sostenerse si se limita solo a dentro de Japón. De acuerdo con información publicada por la Asociación Japonesa de Animaciones, el mercado de la animación japonesa en 2019 ascendió a 301.7 miles de millones de yenes (un 12% mayor que el año anterior), el doble de hacía diez años».
«El hecho de que China hiciera más rígidas las regulaciones del contenido japonés emitido en su región ha provocado cambios en la forma en que el contenido se produce. Un representante explicó: “Proyectos muy populares como Doraemon o Detective Conan son fáciles de juzgar por los comités de revisión en China, dado que tienen una idea del contenido. Sin embargo, los nuevos proyectos se enfrentan a rigurosas revisiones que retrasan aún más las producciones”».
«Así los comités de producción buscan maneras de ajustarse a los periodos de revisión de China, pues es un mercado que no está permitido perder, y emitir las series al mismo tiempo tanto en Japón como en China. Los comités exigen entonces la aceleración de los tiempos de producción, para que todo esté listo meses antes del estreno y se mande a revisión a los comités de China. Estas decisiones sobre-explotan a los trabajadores de la animación, provocando inevitables retrasos y una disminución masiva en la calidad del contenido producido, pues las compañías no pueden permitirse ampliar su personal debido a que los comités exigen un ritmo de trabajo más rápido, pero no aumentan el presupuesto».
«Las regulaciones de contenido en China apenas están comenzando, sin embargo, ahora también los miembros de la producción deben tener cuidado de sus opiniones al respecto de China, pues pueden hacer que el proyecto pierda el apoyo del gigante asiático. Un festival de cine iba a realizarse este verano. Allí iba a exhibirse una película de animación japonesa, pero esto fue inmediatamente cancelado».
«“La razón fue debido a que el director de la película había hecho una publicación en Twitter en el pasado”, mencionó un miembro de la producción. El director publicó en 2020 su apoyo al movimiento en Hong Kong, por lo que el gobierno de China decidió no apoyar cualquier producción en la que este sujeto hubiera participado. De hecho, el número de casos en donde las autoridades de China no han permitido la distribución de proyectos de animación por comentarios políticos pasados en favor de Hong Kong, Taiwán y otros territorios, ha ido aumentando en los últimos años»
«“Aunque se diga que existe la libertad de expresión en Twitter, China también tiene la misma libertad de no permitirte distribuir tu proyecto en su territorio“, explicó un miembro de un comité de producción. Así, China se mantiene como el mercado clave que Japón no puede permitirse perder, por lo que las producciones no tienen más opción que satisfacer cualquier petición que llegue desde allí, aún si esto significa “cortar cabezas”».
Fuente: Toyo Keizai Online
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