Se reportó que la venta de muñecas sexuales ha aumentado en Japón desde el inicio de las indicaciones de aislamiento en casa por la pandemia de COVID-19. Una compañía incluso tiene planes de aumentar su fuerza laboral debido a la creciente demanda de productos.
La compañía Sex Doll Genie, observó un incremento en las órdenes de producción del 51.6% tan solo entre febrero y marzo, y las ordenes en abril aumentaron en 33.2% comparadas con 2019. La cofundadora Janet Stevenson explicó: “Tenemos una gran cantidad de insumos en bodega, pero lo que no se puede adecuar a la demanda son los procesos de producción”. “Hemos estado contratando personal temporal y creado múltiples nuevas posiciones para poder igualar la creciente demanda tanto en Estados Unidos como en Europa”, mencionó.
El súbito incremento en la demanda, sin embargo, parece ser algo natural. Durante la pandemia de COVID-19, muchas personas se encuentran lejos de sus seres queridos. Es muy fácil que se interprete como algo ridículo, pero en realidad es muy común que las personas busquen en una muñeca el apoyo de una persona real.
Tal como el investigador Kate Devlin señaló en el libro “Turned On: Science, Sex and Robots”, las muñecas sexuales son a menudo asociadas con hombres solteros, pero hay de hecho parejas y personas con discapacidades que también adquieren estos productos. Además, algunos padres con hijos mayores que aún viven en casa son también compradores potenciales.
Históricamente, se ha detectado que las personas pueden llegar a tratar a los productos como personas de formas casi institivas. En 1966, el lenguaje “ELIZA”, pionero en la inteligencia artificial, fue desarrollado basado en estándares muy sencillos y solo tenía diálogos cortos. Sin embargo, las personas rápidamente comenzaron a tratar a “ELIZA” como una persona, de forma instintiva.
Por otra parte, la compañía fabricante de juguetes para adultos, CMG Leisure, también tuvo una falta de personal debido al incremento de las ventas durante la pandemia de COVID-19. El precio del vibrador (emblema de la compañía) es ahora de 112 dólares (cerca de 12,000 yenes), por lo que el incremento de las ventas es quizás debido a que algunas personas se apresuran a comprar productos caros ahora que no hay muchos medios de entretenimiento disponibles.
Por otra parte, el precio de una muñeca sexual de tamaño real ronda los 800 dólares (cerca de 86,000 yenes), y la más cara es de aproximadamente 8,000 dólares (aproximadamente 860,000 dólares). Hasta ahora, muchos habían sido renuentes a adquirir uno de estos productos debido a los altos precios, pero parece que la pandemia y el aislamiento social han generado cierta necesidad en los compradores.
También está el tema de la curiosidad, puesto que varios compradores de mercancía para adultos comentaron en marzo que solo “tenían el interés de probar algo nuevo”. De acuerdo con Stevenson, la compañía Sex Doll Genie recibe órdenes de producción no solo de hombres y mujeres solteros, sino también de parejas que están intentando probar una nueva experiencia durante esta pandemia.
Finalmente, una encuesta reciente reveló que, en la plataforma de citas Adult Friend Finder, el 12% de los encuestados mencionó que “muy probablemente” consideraría comprar muñecas sexuales durante la pandemia. No obstante, solo el 5% mencionó que nunca lo harían, mientras que el 62% estuvo de acuerdo con la frase “Me di cuenta de que no hay nada que pueda sustituir a una persona real durante esta pandemia. Nunca compraría una muñeca sexual“.