Aunque el ramune se puede disfrutar durante todo el año, el refresco japonés se asocia más con los días calurosos de verano. El atractivo de esta bebida no es solo su dulzura carbonatada, sino las icónicas botellas de vidrio en las que se vende, así como la esfera translúcida que se encuentra dentro de su cuello, lo que la convierte en un complemento divertido y encantador para cualquier picnic o merienda. Sin embargo, en este segundo verano de la pandemia de COVID-19, el futuro del ramune se enfrenta a un panorama sombrío, ya que el COVID-19 obliga a cerrar las instalaciones de fabricación y provoca una caída en picada de las ventas.
Creado a finales del siglo XIX por un farmacéutico escocés en Kobe, el ramune ha experimentado mucho amor y una recepción positiva, convirtiéndose en un éxito en Japón e incluso en el extranjero. En un momento, las instalaciones de producción de ramune se contaban en alrededor de 2,300 en Japón en la cima de su popularidad, aunque desafortunadamente esos días dorados no han continuado hasta el presente. Antes de la pandemia, solo quedaban 37 empresas, y con el cierre de cuatro en 2020, el número de fabricantes de ramune ha caído a 33 en total.
En términos de ventas, han caído en todos los ámbitos de este refresco icónico. La venta de ramune en botellas de vidrio totalizó 1,319,000 unidades en 2019, mientras que las ventas de 2020 mostraron una disminución del 35% con solo 855,000 botellas vendidas. En cambio, para el ramune vendido en recipientes de plástico, la caída en las ventas es aún más pronunciada: 1,160,000 botellas vendidas en 2019 frente a 279,000 botellas vendidas en 2020, o una disminución del 76%. Pero, ¿qué ha llevado a esta caída específicamente? El COVID-19 ha afectado a una variedad de industrias diferentes, pero ¿qué pasa con la situación de ramune?
La principal razón por la que la industria del ramune ha recibido un golpe financiero se debe a la falta de festividades y eventos donde se vende comúnmente esta bebida, como los festivales de verano, según la National Ramune Association. En segundo lugar, los bares izayaka generalmente generan muchos ingresos para los vendedores de ramune, ya que también se usa en cócteles, pero con el horario comercial acortado por los decretos del estado de emergencia de las distintas prefecturas, la demanda también ha disminuido. Por último, los lugares turísticos también venden una buena cantidad de ramune, pero Japón todavía está cerrado a los turistas internacionales y muchos lugareños han pospuesto los planes de viajes nacionales.
Con Japón enfrentando su cuarta ola de infecciones y una creciente inquietud por ela lenta aplicación de vacunas en el país, es justo decir que muchos productores de ramune no son optimistas de que las ventas se recuperen este verano, especialmente porque varias compañías japonesas de bebidas y refrescos ya han retirado su membresía en la National Ramune Association
Fuente: Daily Shincho
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