En la Prefectura de Saitama, Japón, un hombre desempleado de 26 años, identificado como Naoki Kemuyama, ha sido arrestado el mes pasado bajo cargos de agresión sexual a una mujer en una calle de la ciudad de Konosu. Además, se le ha detenido como sospechoso de maltratar a otra mujer en la ciudad de Saitama mientras él mismo se encontraba vestido de mujer.
De acuerdo con las autoridades policiales, el incidente ocurrió en la noche del pasado 19 de junio cuando una mujer se dirigía a su casa en bicicleta. El sospechoso, Naoki Kemuyama, presuntamente agredió indecentemente a la víctima. Posteriormente, en otro día, Kemuyama fue arrestado nuevamente bajo la sospecha de maltratar a una mujer en una calle de la ciudad de Saitama, donde se le acusa de quitarle la ropa interior mientras él mismo iba vestido de mujer.
Las investigaciones revelaron que el sospechoso recorría la zona en su automóvil en busca de posibles víctimas. Durante los interrogatorios, Kemuyama confesó que se vestía de mujer porque eso le excitaba más.
Este incidente ha generado un debate en los foros de comentarios japoneses, especialmente en los relacionados con la cultura otaku, donde se emplean términos como “traps” o “trapitos” para referirse a hombres que se visten como mujeres. Algunos comentarios expresan críticas hacia la comunidad crossdresser, argumentando que la ideología actual defiende que un hombre vestido de mujer “tiene derecho” a ingresar en recintos exclusivos para el sexo femenino, lo cual, según estas opiniones, se vuelve algo peligroso.
Las autoridades continúan investigando los hechos para determinar si existen más víctimas relacionadas con el sospechoso. Además, se espera que este incidente genere un debate más amplio sobre los límites y las consideraciones de seguridad en relación con la inclusión de personas vestidas de otro género en espacios específicamente destinados al género femenino.
La policía ha instado a la comunidad a mantener la calma y a denunciar cualquier comportamiento sospechoso o delito, independientemente de la apariencia de las personas involucradas. Además, se enfatiza que la delincuencia y el comportamiento inapropiado no deben ser atribuidos a la comunidad crossdresser en su conjunto, ya que estos actos son llevados a cabo por individuos específicos y no representan las prácticas de toda una comunidad.
Fuente: Blog Esuteru