Taro Yamada, miembro de la Cámara de Representantes en Japón, compartió un comunicado en sus redes sociales informando sobre la reciente aprobación del borrador del nuevo tratado de ciberdelitos en la Comisión Ad-Hoc de la ONU. Según Yamada, se logró un avance significativo al mantener la posibilidad de limitar las regulaciones solo a “personas reales”, evitando así que los contenidos ficticios, como personajes de anime, manga y videojuegos, queden bajo la amenaza de censura. Sin embargo, Yamada advirtió que la batalla aún no ha terminado, ya que existen riesgos latentes en la fase de ratificación y en la implementación de las leyes nacionales en Japón.
Yamada destacó que, antes de la votación, mantuvo una última ronda de negociaciones en la sede de la ONU en Nueva York con el vicepresidente de la Comisión Ad-Hoc y el director de la Oficina de Tratados de la UNODC, John Brandolino. Estos esfuerzos finales fueron cruciales para asegurar que el tratado no incluya regulaciones excesivas sobre contenidos ficticios, un tema que ha generado gran preocupación en la comunidad japonesa y entre los defensores de la libertad de expresión.
El tratado, que surgió a instancias de Rusia y comenzó a discutirse en la ONU a finales de 2019, ha sido objeto de controversia debido a las posibles implicaciones para la cultura popular japonesa. China, en particular, ha sido un firme defensor de un marco regulador más estricto, con el objetivo de controlar la influencia de contenidos de anime, manga y videojuegos japoneses en su propio país. Yamada elogió los esfuerzos del Ministerio de Asuntos Exteriores y del Ministerio de Justicia de Japón por su papel clave en las negociaciones, señalando que estas entidades lograron mantener la defensa de la libertad de expresión como una prioridad.
La noticia ha generado una fuerte reacción en la comunidad online, donde muchos han expresado su alivio y gratitud hacia Yamada y las autoridades japonesas por proteger uno de los pilares de la cultura japonesa. “Si no fuera por Yamada, la cultura del anime y el manga en Japón habría sido destruida por China. Es aterrador pensar en lo que podría haber sucedido,” comentó un usuario en un foro.
Otro usuario añadió: “El logro de Yamada es enorme. Aunque el riesgo aún existe en la fase de implementación en Japón, al menos ahora tenemos una oportunidad para proteger nuestros contenidos ficticios”. También hubo quienes subrayaron la importancia de esta victoria no solo para Japón, sino para la libertad de expresión a nivel global. “Este tratado pudo haber dado pie a un control total de la expresión en internet bajo el pretexto de proteger a los menores. Lo que Yamada y su equipo lograron es un precedente importante en la lucha contra la censura global”.
Sin embargo, la preocupación por la influencia de China en el proceso no se ha desvanecido por completo. Algunos miembros de la comunidad expresaron su escepticismo sobre el futuro, apuntando a la continua presión de China para imponer regulaciones más estrictas. “China ha sido el gran orquestador detrás de estos intentos de censura. No hay duda de que seguirán intentando influir en el proceso legislativo en Japón”, comentó un usuario.
En el ámbito político, algunos defensores de la libertad de expresión han instado a los seguidores de Yamada a mantener su apoyo, especialmente cuando el tratado entre en la fase de ratificación y adaptación a la legislación nacional. “El apoyo continuo a Yamada es crucial. Tenemos que mostrar que seguimos siendo muchos y que no permitiremos que los reguladores avancen sin oposición”, declaró un comentarista en redes sociales.
Finalmente, mientras los expertos advierten que la lucha aún no ha terminado, la comunidad otaku y los defensores de la libertad de expresión en Japón respiran con alivio tras esta victoria parcial. La fase siguiente será crucial, y la vigilancia y el apoyo ciudadano serán determinantes para evitar que el contenido ficticio sea censurado en Japón.
Fuente: Hachima Kikou