A principios de 2023, una publicación en un popular grupo de Facebook se volvió tendencia luego de que el usuario compartió una mala experiencia al solicitar un pastel decorado en algún lugar de México. El sujeto relató que acudió a un supermercado de la línea Sorana para solicitar un pastel decorado con el rostro de Marin Kitagawa, la protagonista de “Sono Bisque Doll wa Koi wo Suru (My Dress-Up Darling)”.
«Hoy cumplo 24 años y desde que era niño ansiaba por cumplirlos. Entonces pensé que merecía tener un pastel con figura digno. Lo mandé a pedir como Marin Kitagawa y me entregaron esta porquería», comentó el usuario en aquel entonces. Realmente se podía ver que el personal encargado de esta “obra” se esforzó poco, puesto que las únicas similitudes eran el color del cabello, el color de los ojos y la gargantilla. Lo demás estaba hecho “con las patas”.
Pero bien dicen que la esperanza es lo último que se debe perder, puesto que ahora, un año después de esta amarga experiencia, el usuario volvió a pedir un pastel decorado con el rostro de su waifu, aunque en esta ocasión lo solicitó ante un establecimiento especializado en este tipo de productos. En su vigésimo quinto cumpleaños, su madre finalmente le cumplió su deseo de tener un pastel decorado con Marin Kitagawa:
«Hola chavos, les quiero comentar que tuve mi god ending. Hace un año pedí un pastel de Marin Kitagawa del Soriana para mí cumpleaños y me entregaron una aberración. Pero, para este año, mi mamá encontró una repostera que a mi parecer hizo un trabajo excelente. Aquí les dejo una comparativa del pastel de éste año, la imagen de referencia y la abominación de hace un año», escribió el usuario:
Y claro, su regreso estuvo lleno de comentarios por parte de los internautas:
- «Hay detallitos a pulir, pero a comparación de la otra basura, uff, se come con gusto».
- «Pues hay más o menos, pero a diferencia del otro sí está mejor».
- «Era hacer un pastel imitándola, no sacarla directamente del anime».
- «Se nota que sí le echó ganas».
- «Hey, al menos ahora sí está decente».
- «Esa repostera se merece un esposo millonario y el cielo».
- «Qué diferencia, igual no puedes esperar que sea exactamente igual puesto que fue hecho completamente desde cero, y no es de esas típicas obleas súper dulces que te ponen el diseño idéntico, pero muy opaco».
- «Vaya, veinticinco años sin ponerla».
- «Cuidado, ese pastel se puede convertir en uno de cuatro leches».
- «Está muy decente la verdad».