Esta reseña sobre Deca-dence contiene spoilers. Si no has visto el capítulo, te recomendamos hacerlo y después regresar a leer la reseña.
Capítulo 1: “Ignición”
Deca-dence inicia su historia con una misión en la que la joven Natsume se infiltra para ver el trabajo de su padre en el exterior. Unos monstruos llamados “gadoll” los atacan, su padre fallece y ella pierde un brazo. Años después, sueña con ser una guerrera en el exterior, pero en su mundo y con sus habilidades, es casi imposible. En un futuro postapocalíptico, los seres humanos sobreviven en una fortaleza que toma la energía de sus enemigos, los monstruos “gadoll“. La vida se divide entre “gears” (los guerreros) y los “tankers”, a los que pertenece Natsume.
Finalmente, en su instrucción se decide que estará en el equipo de limpieza, donde conoce a su jefe Kaburagi. En una de las labores de la cubierta exterior, ella y otros trabajadores salen disparados por el ataque un “gadoll“ gigantesco. Sin embargo, Kaburagi demuestra unas habilidades extraordinarias, lucha contra los monstruos y consigue salvarla.
Análisis: un episodio piloto que se reservaba sorpresas
Cuando sabemos que el director de esta nueva serie es nada más y nada menos que Yuzuru Tachikawa, nuestras expectativas se ponen a la altura de la animación de Mob Psycho y Death Parade (especialmente, pensamos en el guion de la última y en su sorprendente narrativa). Por lo tanto, la consecuencia natural es que miremos el primer capítulo con ansias voraces y un filtro de calidad muy ajustado.
En el primer capítulo, no cabe duda de que el estudio ha realizado una animación satisfactoria, excelente dibujo y diseño de los personajes. Sin embargo, la historia parece una mezcla de Mad-Max y Mortal Engines con el plus recurrente de los bichos post-apocalípticos.
Estuve unos días con un debate interior, navegando entre el magnífico movimiento que integran las escenas de lucha y el argumento simplista, sobreexplotado. A intervalos, unas imágenes breves de seres extraños alertaban de que había algo más. Y decidí esperar, aposté por una doble reseña, crucé los dedos.
Finalmente, fue una sabia decisión. Deca-dence tenía reservada una auténtica bomba de relojería para el siguiente capítulo.
Capítulo 2: “Sprocket”
En esta segunda entrega de Deca-dence, partimos desde la visión de Kaburagi y se revela una verdad más compleja acerca de la fortaleza Deca-dence. Es un juego en el plano físico para inteligencias virtuales que se recargan con “oxicona”, la energía que extraen de los “gadolls”. Kaburagi, como el resto de ellos, era un “gear”, pero un incidente hace 3 años lo cambió todo.
Mike, un componente de su grupo, cometió una acción ilegal al desprenderse de su limitador para ganar más fuerza y puntos en el ranking. No obstante, fue descubierto enseguida y ejecutado junto al resto del equipo. A Kaburagi se le impuso infiltrarse entre los humanos (“tankers”) para eliminar todos los errores que detectase.
En el presente, eliminando el código de un humano, es descubierto por Natsume, aunque esta interpreta que ha intentado robar y lo anima. Kaburagi se conmueve a la vez que descubre que Natsume es un error del sistema, porque figura en la lista de muertos. En lugar de eliminarla, decide ayudarla a entrenarse.
Análisis: el teatro de la vida
La vida es el juego y el juego es la vida, esa es la premisa fundamental de Deca-dence. El primer capítulo absorbió el punto de vista de Natsume y el segundo nos amplió la complejidad de miras gracias a la óptica de Kaburagi. Con semejante dualidad, el segundo episodio fue un terremoto, un giro digno de Tachikawa, y en definitiva, una arriesgada apuesta que no puede dejar indiferente a nadie.
La idea es realmente atrevida, el diseño de las inteligencias virtuales que operan sobre el mundo físico es colorido e infantil, pero la trama es cruda. A veces, es difícil conectar con esa especie de tamagochis, porque su sufrimiento es real, pero nuestro cerebro los asocia con historias agradables. En adelante, tendrán que convencer al público para crear una catarsis más profunda, que nos sumerja de lleno en las crueles limitaciones de esa realidad de arcoíris.
Por otro lado, el ser humano se vuelve la parte más insignificante del engranaje, con una existencia al borde de la extinción y limitada al deseo de estas inteligencias artificiales. Todo ello, mientras son absolutamente ignorantes del hecho. ¿No es magnífico el concepto? En esta historia, somos los personajes NPC de un juego que protagonizan criaturas virtuales propias de nuestros juegos. Es una vuelta de tuerca absoluta.
Dualidad de mundos
La conexión entre Natsume y Kaburagi es necesaria, ambos se han enfrentado al sistema que rige y limita su libertad y, cada uno en su nivel, han llegado a distintos pareceres. Mientras Kaburagi se rinde y decide dejarse morir, la joven Natsume vibra de pasión y energía. Es ingenua y pura, ignorante de los mecanismos oscuros de su mundo, y no está dispuesta a rendirse. La sencillez y la bondad de sus deseos despiertan emociones en Kaburagi, que se ve impulsado a desafiar su sistema y vivir. Dos sistemas, dos visiones de la realidad, y una misma convergencia.
Es una interesante relación de aprendiz y maestro, porque además de los tópicos, ofrece también esa identificación entre ambos, un mismo conflicto a distintos niveles contra un mismo enemigo: las leyes de su mundo.
Deca-dence según Kaburagi: un esbozo
Consciente de que apenas comienza la serie, las líneas que siguen son un mero trazo rápido para aclarar y subrayar claves del universo virtual de Kaburagi. Dada la fiesta de color y ojitos lindos, se nos pasan veloces las claves de su vida:
- El sistema que rige su mundo se basa en la eliminación de errores. El juego es supervivencia para ellos, la sociedad es igual a utilidad o muerte.
- La historia de Mike y sus amigos es un profundo trauma que aboca a Kaburagi al abandono vital y el suicidio.
- Aunque en la forma virtual sea difícil crear conmoción, tenemos que recordarnos que se nos muestra la escena de una ejecución.
A modo de conclusión
Deca-dence ha dado una vuelta de tuerca original y arriesgada. Esta doble reseña no pretende ser exhaustiva en el análisis de todos los aspectos, sino los más reseñables por el momento, pues tenemos 10 capítulos más de los que extraer conclusiones.
Junto al concepto narrativo, que debe luchar contra los estereotipos mentales del espectador y hacerle conectar con el sufrimiento de seres coloridos, encontramos un trabajo visual muy decente. Recomiendo visitar la página web oficial, que enlazo al principio, en el nombre de la serie.
¿Qué otras sorpresas nos aguardan con Deca-dence?