Un tribunal japonés ha condenado a cadena perpetua a un hombre de 23 años, Rikuto Nagata, por su papel clave en un robo que resultó en la muerte de una mujer de 90 años en el oeste de Tokio. Este crimen forma parte de una serie de robos violentos que han sacudido al país desde 2021, y que, según las investigaciones, habrían sido organizados por un hombre utilizando el seudónimo “Luffy”, en referencia al famoso personaje del anime One Piece. La sentencia fue emitida por el Juez Akira Sugawara en la sucursal de Tachikawa del Tribunal de Distrito de Tokio, quien describió la participación de Nagata como “considerablemente grande” en esta serie de delitos.
En su fallo, Sugawara afirmó que Nagata “actuó como líder de quienes llevaron a cabo el robo” que resultó en la muerte de la anciana, y añadió que el joven dio órdenes directas a los demás perpetradores, basándose en la situación que se desarrollaba en la escena del crimen. Este robo, ocurrido el año pasado, fue el único de esta serie que resultó en una muerte, un hecho que ha causado una gran conmoción en Japón, donde los delitos violentos son relativamente raros.
La sentencia de cadena perpetua, que sigue la demanda de los fiscales, fue impuesta a pesar de que la defensa de Nagata buscaba una condena a término fijo, mientras que el propio acusado había solicitado ser ejecutado. Durante el juicio, Nagata admitió los cargos, incluyendo el robo que resultó en la muerte de la víctima. Según el fallo judicial, él y un hombre de 53 años, Hiroyuki Nomura, conspiraron junto a otros para entrar al domicilio de la mujer haciéndose pasar por repartidores de paquetes. Una vez dentro, agredieron brutalmente a la anciana, pateándola y golpeándola con una barra de hierro, causándole la muerte. El objetivo de los ladrones era robar objetos de valor, incluyendo relojes y otras pertenencias.
Nagata también estuvo involucrado en al menos otros cinco robos en distintas localidades, como el distrito de Nakano en Tokio y la ciudad de Hiroshima. Durante el juicio, el juez describió la violencia usada contra la víctima como “implacable y despiadada”, señalando que Nagata había dado la orden de que la golpearan con la barra de hierro, lo cual calificó como una forma de “tortura”.
Esta red de robos, que abarca más de 50 incidentes en una docena de prefecturas, ha sido relacionada con un grupo organizado que operaba bajo una estructura compleja y jerárquica. Los líderes utilizaban seudónimos como “Luffy”, “Kim” y “Mitsuhashi” para coordinar los ataques y reclutar a personas dispuestas a realizar estos trabajos ilegales, conocidos en Japón como yami baito, o “trabajo oscuro a tiempo parcial”. Según las autoridades, los delincuentes eran captados a través de redes sociales con la promesa de pagos lucrativos.
La policía sospecha que uno de los líderes de esta organización, Kiyoto Imamura, de 40 años, quien fue procesado a finales del año pasado, utilizó el seudónimo “Luffy” para planificar estos crímenes y dar instrucciones a sus subordinados. A través de esta red de “yami baito”, se atrajo a jóvenes y otros individuos que participaron en robos cada vez más violentos y organizados.
La serie de robos y la brutalidad empleada en este caso específico han provocado gran alarma en la sociedad japonesa, cuestionando la seguridad de las comunidades y el alcance de la delincuencia organizada en el país. La condena de cadena perpetua para Nagata refleja la severidad con la que el sistema judicial japonés ha decidido enfrentar estos crímenes, especialmente ante la creciente preocupación pública por el aumento de delitos de este tipo.
Fuente: Japan Today
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