El pasado 28 de mayo, la ONU publicó un informe en el que señala graves problemas de explotación laboral en la industria del anime en Japón. A pesar del crecimiento continuo de la industria, que en 2022 superó los 3 billones de yenes, la ONU advirtió sobre condiciones laborales abusivas, incluyendo salarios bajos para los animadores, largas jornadas de trabajo y contratos injustos. También destacó la falta de protección de los derechos de propiedad intelectual de los creadores.
Japón se ha propuesto ambiciosamente alcanzar un mercado de más de 20 billones de yenes para 2033, especialmente en el ámbito internacional, pero la ONU advierte que, si no se resuelven estos problemas, empresas como Netflix y Amazon podrían dejar de distribuir anime japonés. Esto pondría en riesgo una de las mayores fuentes de ingresos del país.
El pasado 9 de septiembre, el gobierno japonés organizó la primera reunión del “Consejo de Colaboración Pública y Privada para la Industria del Contenido”, en la cual el entonces primer ministro Fumio Kishida reconoció las preocupaciones expuestas por la ONU. Kishida admitió que no se han establecido condiciones que permitan a los creadores trabajar con seguridad en cuanto a ambientes laborales y pago justo.
La problemática dentro de la industria del anime
El informe de la ONU subraya que los animadores japoneses se encuentran particularmente expuestos a la explotación. A menudo enfrentan bajos salarios, a pesar de que su trabajo es esencial para la producción de anime, una industria que genera miles de millones de yenes. Además, las largas horas de trabajo y la falta de contratos justos son problemas comunes. A esto se suma la poca protección de sus derechos sobre las obras que crean, lo que los deja sin la capacidad de beneficiarse del éxito comercial de los productos que ayudan a crear.
Si estas condiciones no mejoran, la industria del anime corre el riesgo de perder su atractivo en el mercado internacional, pues plataformas de streaming podrían buscar evitar la polémica relacionada con las condiciones laborales en Japón, afectando gravemente la exportación de contenido. Las reacciones ante el informe de la ONU no se hicieron esperar, y los comentarios en redes sociales reflejan la preocupación generalizada:
- «Esto no es ninguna broma. Aunque haya razones políticas detrás, si nos etiquetan como explotadores, la exportación de contenido se hundirá. Aunque suene tonto, quizá necesitemos algún tipo de certificación de comercio justo».
- «Realmente espero que esto se solucione. Es obvio que los creadores que hacen buenos animes deben recibir un salario justo».
- «Es triste pensar que los animadores que trabajan en los estudios no pueden ni siquiera permitirse comprar los discos de los animes que hacen».
- «Si el anime también se convierte en un ‘producto acabado’, este país estará en serios problemas».
- «La ONU no necesitaba señalarlo, ya que la industria del anime en Japón tiene un modelo insostenible de salarios bajos. Es hora de hacer reformas, como permitir que los estudios retengan parte de la propiedad intelectual».
- «Aunque se hable de ‘Cool Japan’, es posible que se excluya desde una perspectiva de comercio justo».
- «Era conocido dentro de Japón que las condiciones laborales en la industria del anime eran malas, pero ¿la ONU también se ha enterado?».
- «Esto ha sido discutido dentro del país por mucho tiempo, así que era lógico que se hablara de ello en algún momento. Es hora de hacer algo al respecto».
- «Pensé que esto era uno de esos temas menores de alguna ONG en una reunión de la ONU, pero resulta que es un asunto serio».
- «Lo que se esperaba de ‘Cool Japan’ era una mejora en los salarios de los creadores y asegurar que el anime no fuera excluido por ser tan popular, no que se usara el presupuesto en otros proyectos. Si la ONU realmente quiere prevenir la explotación laboral, eso estaría bien».
- «Hubo un animador que protestó durante la producción de ‘Jujutsu Kaisen’, ya se veían venir estos problemas».
- «Algunos dicen que esto es un ataque contra Japón, pero el tema del dumping también es un problema real».
- «Es importante que sigan señalando estos problemas. La explotación laboral es un hecho, y ha sido un problema que ha existido durante décadas».
Fuente: Hachima Kikou