Las escuelas japonesas son conocidas desde hace tiempo por sus estrictos requisitos en materia de uniformes, que dictan desde el color de la ropa interior de los alumnos hasta la longitud de sus calcetines. Pero fue hace un año que algunas nuevas normas despertaron la ira de alumnos y padres por igual, algo que todavía recuerdan el día de hoy.
Las nuevas normas de las escuelas japonesas estipulan que las alumnas ya no pueden atarse el cabello en coletas. La norma se estableció por temor a que las alumnas sedujeran a los alumnos y profesores con las gloriosas nucas. Tanto padres como alumnos expresaron en su momento su opinión sobre esta norma tan poco razonable: ¿de qué otra forma van a mantener las alumnas su cabello limpio y ordenado?
Las escuelas japonesas son tristemente famosas por su ridículamente estricto código de vestimenta, tanto que incluso tienen un nombre para ello: “burakku kousoku (reglas negras; ブラック校則)“. A los alumnos de estas escuelas ultra-estrictas solo se les permite tener el cabello negro, a menos que tengan pruebas de que su cabello natural es de otro color. También se les prohíbe llevar calcetines escotados (también llamados calcetines invisibles) y se les obliga a asegurarse de que no solo sus zapatos sean blancos, sino también los cordones.
A las alumnas se las persigue aún más obligándolas a llevar únicamente ropa interior blanca, además de imponerles todo tipo de restricciones sobre su peinado. Estas estrictas normas han suscitado no pocos comentarios negativos a lo largo de los años; ha habido muchos casos en los que la administración del colegio ha mostrado rigidez incluso ante alumnos con circunstancias especiales.
Uno de estos casos fue el de una estudiante de preparatoria de 18 años que, en 2017, fue acosada repetidamente por la dirección de su centro educativo en relación con su cabello. Ella tiene el cabello castaño natural desde que nació, pero recibió repetidas órdenes de sus profesores para que se tiñera el cabello de negro.
Presentó una demanda contra su escuela, solicitando una indemnización de 2,200,000 yenes (alrededor de 16,900 dólares estadounidenses) por la angustia mental que tuvo que sufrir debido al acoso de sus profesores, que incluyó la retirada de su pupitre del aula, así como borrar su nombre de la lista escolar. Sin embargo, los tribunales de distrito y de apelación de Osaka fallaron a favor de la escuela. Desde entonces, la estudiante ha recurrido ante el Tribunal Supremo.
La frecuencia de este tipo de incidentes ha dado lugar a la creación de grupos de defensa. Uno de los más destacados es “Burakku Kousoku Nakusou Project (Proyecto para Eliminar las Normas Escolares “Negras”)“, que ayuda a recopilar información sobre normas escolares poco razonables con el fin de pedir reformas en todo el país.
Aunque es comprensible que las escuelas quieran asegurarse de que los alumnos mantengan una imagen respetable por el bien de la escuela, algunas de estas normas van más allá y se inmiscuyen en el control de las elecciones personales de cada uno. Los críticos afirman que estas normas hacen que las personas se vuelvan más sumisas y fáciles de controlar, sobre todo por las figuras de autoridad. Las normas reprimen el pensamiento independiente y la libertad de expresión.
El uniforme escolar japonés puede ser una fantasía para algunos, pero para los propios estudiantes no podría estar más lejos de eso.
Fuente: The Sankei News
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