El usuario de Twitter “パンダ (@Miku_miku_panda)” compartió una historia en dónde relató la forma en la que su esposa se enteró de que él era un otaku, específicamente un fanático de la idol virtual de Vocaloid, Hatsune Miku.
Su publicación se volvió inmensamente viral a mediados de septiembre, y escribió:
- Así se enteró mi esposa que soy un otaku:
- 1. Mi estado de ánimo comenzó a mejorar repentinamente a mediados de julio (probablemente debido a la proximidad del evento Magical Mirai).
- 2. A menudo salía de casa sin decir a dónde iba (me estaba entusiasmando a medida que se acercaba el Magical Mirai, así que empecé a salir al karaoke y a comprar mercancías).
- 3. Llevaba mi teléfono al baño e incluso mis baños duraban bastante más que lo habitual (mientras que bañaba, escucha mis canciones favoritas y se me pasaba el tiempo).
- 4. Llegaba tarde del trabajo (buscaba mercancía de Miku, y pasaba un rato en karaoke practicando canciones).
- 5. Me conseguí un baúl que cerré con llave y que guardé en mi habitación (allí guardaba mis cosas otaku, porque no quería que supieran mis aficiones).
- Parece que mi esposa decidió solicitar los servicios de un investigador privado porque pensaba que estaba teniendo una aventura amorosa. Y como resultado, el informe de investigación le explicó las siguientes actividades de su esposo:
- a) Su esposo paga sesiones solo en locales de karaoke; b) Su esposo compró un happi (atuendo tradicional japonés para apoyar idols en conciertos) en las inmediaciones del lugar en donde se realizará un concierto; c) Su esposo ha estado usando máquinas de gacha de Hatsune Miku; y d) Su esposo ha comprado algunos boletos de una lotería de productos de Hatsune Miku en las tiendas Lawson.
Por supuesto, el extraño cambio en las actividades de su marido levantaron inmediatamente las sospechas de su mujer, pero la agencia crediticia no podía mentir. No había rastros de pagos de moteles, restaurantes o demás establecimientos de “dudosa índole”. De hecho, el reporte crediticio no hizo más que revelar su secreto a su mujer: él es un otaku fanático de Hatsune Miku.
- Con los resultados de esas investigaciones, el investigador se puso en contacto con mi mujer y descubrió que yo no la engañaba, sino que era un otaku. Afortunadamente, mi mujer entiende bien mi afición otaku y no me reprochó nada. Si escondes tus aficiones otaku de tu mujer, sal a la luz en el momento adecuado. Sin embargo, era cierto que todo lo pagué con la tarjeta de crédito, algo que tuve que arreglar con una visita de tres días y dos noches en Disneyland.
Fuente: @Miku_miku_panda en Twitter