El 30 de abril en Japón, un hombre de unos 30 años fue detenido por la policía de la Prefectura de Chiba por hacer fotos voyeristas desde un ángulo bajo a mujeres cosplayers durante la conferencia Niconico Chokaigi celebrada en Makuhari Messe, Chiba. El hombre había utilizado una cámara de vídeo para espiar el 29 de abril, y poco después, un reportero de SIARABEE que filmó los hechos consultó a un policía del local. Proporcionó información sobre las características del hombre que había huido del lugar y cooperó con la investigación.
El reporte escribe:
«En la tarde del 29 de abril, el hombre se confabuló con sus amigos para rodear a la víctima, que estaba vestida con un cosplay de personaje, y la grabó en vídeo, apuntando por debajo de su falda. Aunque le dijo a la víctima que estaba haciendo fotografías, en realidad se puso detrás de la víctima mientras sus amigos grababan y la filmó apuntando a su ropa interior. Al día siguiente, 30 de enero, el personal de la organización del evento encontró al hombre que había reaparecido en las instalaciones y lo localizó. Un reportero que estaba en un caso diferente se unió a él en el lugar, y como se confirmó que el hombre era la misma persona que el mirón del día anterior, un agente de policía del lugar le interrogó sobre sus funciones».
«Tras comprobar los datos de la filmación, quedaron varios vídeos con ángulos dirigidos a su ropa interior y fue llevado a la comisaría de Chiba Nishi. El hombre había cambiado sus pertenencias personales, incluida la bolsa de la cámara y el sombrero, desde el día anterior para evitar ser detectado, y se cambió de ropa en los sanitarios después de entrar en el recinto, pero esto no engañó al personal de seguridad del evento ni a la policía. Más tarde se supo que el hombre había causado un escándalo en el pasado en múltiples ocasiones al tomar fotografías voyeristas, y admitió los cargos y expresó su arrepentimiento».
Sin embargo, el reporte escribe también que hay algunos obstáculos al intentar arrestar a un voyerista de este tipo en Japón, y que este fue tan solo uno de los pocos caso exitosos.
«En las convenciones de cosplay, donde la posesión de cámaras es algo natural, es difícil darse cuenta del voyeurismo, a diferencia de cuando ocurre en las estaciones de tren o en las librerías. Para evitar ser detectados, los que hacen las fotos a baja altura han modificado sus monitores LCD para la “fotografía espía”, de modo que sólo ellos pueden verlas, y también es difícil para terceros determinar si se grabó un video o no».
«Además, no se puede decir que haya cero casos de fotografía obscena consentida entre el sujeto y el fotógrafo, por lo que, a falta de una denuncia del cosplayer, primero hay que asegurar al voyerista interrogando a la persona en cuestión sobre la situación, como por ejemplo si tenía permiso para hacer la fotografía y si hay que pillarlo en el acto. En este caso, el criminal que había estado manejando la cámara mientras tanto huyó. Al final del día fue difícil encontrar al hombre, ya que había desaparecido entre una multitud de varias miles de personas».
Fuente: Niconico News | Japón
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