En muchos puestos de trabajo en Japón, no se trata de si hay que hacer o no horas extras, sino de cuántas horas extras hay que hacer. Sin embargo, en los últimos años ha crecido la preocupación de que esas largas jornadas tengan un efecto negativo en la salud física y mental de la población, lo que ha dado lugar a nuevas leyes e iniciativas que pretenden reducir la carga de trabajo a niveles más razonables.
Por desgracia, cambiar décadas de cultura empresarial arraigada no es tan fácil. Durante el año fiscal 2020 (que se extendió aproximadamente de abril de 2020 a marzo de 2021), el Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar del gobierno japonés realizó 24,042 inspecciones in situ en los lugares de trabajo en busca de la realización de horas extraordinarias indebidas, y las encontró en 8,904 establecimientos, es decir, en el 37% de ellos.
Estas infracciones consistían en que los empleados hacían horas extraordinarias sin un acuerdo laboral adecuado que cubriera esta práctica o en que la cantidad de horas extraordinarias superaba los límites especificados en el acuerdo. De los 8,904 establecimientos en los que se produjeron infracciones, el Ministerio confirmó casos de trabajadores que hacían más de 80 horas extraordinarias en un solo mes en 2,982 de ellos (el 12.4% del total de establecimientos inspeccionados). También se confirmaron casos de trabajadores que hicieron más de 150 horas extraordinarias en un mes en 419 lugares (el 1.7% del total).
Incluso cuando el trabajo regular de horas extras forma parte de la vida de muchas personas en Japón desde hace décadas, se trata de unas cifras sorprendentes, y las reacciones en línea al informe del ministerio han incluido:
- «La gente se está matando a trabajar».
- «A medida que los trabajadores hacen más y más horas extras, su productividad empieza a bajar, pero incluso ahora hay muchas empresas que simplemente intentan hacer las cosas a la fuerza».
- «Mucha gente trabaja desde casa hoy en día, y creo que acaban empleando el tiempo que habrían dedicado a desplazarse en hacer más trabajo en su lugar».
Las cifras pintan un panorama sombrío, pero puede haber un ligero resquicio de esperanza. En primer lugar, las inspecciones del Ministerio se llevaron a cabo en lugares de trabajo de los que habían recibido informes de los empleados sobre el exceso de horas extraordinarias o que ya tenían motivos para sospechar que se estaban cometiendo infracciones, lo que sugiere que la tasa de infracción del 37% entre los lugares de trabajo inspeccionados es más alta que la cifra que se obtendría en una encuesta de todas las empresas de Japón.
Además, aunque la tasa de infracción del 37% entre los lugares de trabajo inspeccionados es sin duda motivo de preocupación, es en realidad el porcentaje más bajo que el ministerio ha encontrado desde que comenzó a anunciar públicamente los resultados de la investigación anual tras el año fiscal 2016. Así que, al menos, la cifra se mueve en la dirección correcta, aunque parece que conseguir que las empresas japonesas dejen de hacer trabajar a sus empleados tantas horas es una tarea que va a llevar mucho tiempo.
Fuente: NHK NEWS WEB
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