Esta reseña sobre Dr. Stone contiene spoilers. Si no has visto el capítulo, te recomendamos hacerlo y después regresar a leer la reseña.
Capítulo 9: “El que destruye, el que salva”
Dr. Stone retoma el argumento del capítulo anterior justo en el momento en el que los aliados del Reino de la Ciencia tratan de ganar tiempo frente a Tsukasa para que Senku, Chrome y Gen ideen algún plan en el interior de la cueva “milagrosa”. Tsukasa y Hyoga son unos oponentes temibles, pero los miembros de la aldea Ishigami resisten ferozmente. Mientras tanto, justo cuando se han quedado sin ideas, Chrome rescata los restos del ácido sulfúrico que usaron para crear la explosión con la que lanzaron su primer ataque. Esto, junto a otros ingredientes y la glicerina del jabón, le dan la oportunidad de crear nitroglicerina, esto es, dinamita. No obstante, siguiendo el principio inicial de no causar bajas, Senku hace una demostración de fuerza con la explosión programada de un avión de papel.
En un punto muerto en los ataques, Senku negocia con Tsukasa. Tras el renacimiento de la piedra, las heridas pueden sanar, y así podrían salvar a la hermana pequeña de este último, Mirai, que lleva años en coma por muerte cerebral. Tsukasa, que lleva años en la lucha y la fama para sostener los tratamientos de su hermana, no puede negarse y decide rendirse. Bajo los términos de un alto al fuego, Tsukasa señala la zona del hospital y excavan hasta dar con ella.
Análisis: “La fuerza es también ciencia“
Dr. Stone no deja cabos al azar en su trama y en las enseñanzas que laten en ella. En las reseñas correspondientes a la primera temporada, analizamos muchos de estos aspectos en los que se sigue insistiendo en esta segunda emisión. Por ejemplo, las explicaciones didácticas sobre la historia de la ciencia y el hombre, ya sean explícitas o a modo de metáforas, son constantes. Otro recurso es la concentración de significados en un objeto. En este episodio, la dinamita cobra un valor simbólico que sirve para reflexionar:
- Entroncando el principio de la guerra y su final: el jabón y la alusión al título de la historia, Dr. Stone. Que algo tenga el poder de doble filo de causar la muerte y la vida es un universal en la narrativa del ser humano. Refuerza, además, la idea de que la ciencia es una herramienta y la ética del hombre la hace buena o mala.
- Reflexiona sobre el creador de la dinamita, que usó sus ganancias para fundar los famosos premios Nobel. Del valor de un arma de destrucción, el impulso a los avances científicos. Aquí repite la idea de vida y muerte interrelacionadas. Una lección de historia sobre el origen de los conocidos premios y una sugerencia filosófica.
- Nos acerca a la etimología de la palabra griega “dinamis”, “fuerza”, y de ahí, dinamita. A partir de esta idea, destruye la oposición que creó Tsukasa en los primeros capítulos de Dr. Stone, y lo desarma por completo.
La clave del final de esta guerra está en el espíritu colaborativo de la ciencia y el enorme esfuerzo que hay detrás, pero lo más interesante de este episodio ha sido- además del pasado de Tsukasa- el ataque rotundo a las convicciones del enemigo. Ya no existe oposición entre la fuerza de la naturaleza y la ciencia, porque la primera es la segunda. En cuanto Senku pronuncia esta frase, la guerra ha terminado.
Tsukasa, origen y motivos
Tsukasa es un antagonista profundamente atractivo como personaje. Un enemigo de ideales, que en este episodio reconoce abiertamente cómo asumió la realidad y se impuso el pecado de hacerse pasar por un dios. Es cierto, en un mundo donde no existe la tecnología, no toda la humanidad tiene recursos para despertar. ¡Ah!, pero Senku no es ningún idealista ingenuo, y cuando dice que quiere salvar a toda la humanidad de la piedra, tiene sus cuentas hechas en la cabeza. Los que seguimos el manga, lo sabemos bien. Nuestro científico no planea al azar, Tsukasa no supo comprenderlo.
Sin embargo, esa aparente soberbia y sociopatía (o bien espíritu de sacrificio, al reconocerse como un criminal que debe ejercer el mal por el bien del futuro), tiene un fondo personal que lo compromete hasta en sus raíces más profundas. Su drama familiar ha dibujado el mundo del siglo XXI como una época cruel donde el dinero y la maldad de los adultos corruptos rodeaban su vida y la de su hermana. Ese profundo dolor, ese trauma, es el verdadero origen de sus causas, por mucho que las quiera separar de sí mismo. Aunque nos hace reflexionar sobre la naturaleza, la corrupción del ser humano y nuestros límites, sus intentos de asesinato a Senku y las personas petrificadas que destrozó no tienen otra justificación que no sea el terrible rencor de su corazón al siglo en el que fue tan infeliz.
Obviamente, sigue aferrado a esos principios a pesar de perder la guerra. Ahora bien, si Mira despierta de la piedra, y es efectivamente más trauma que razón su lucha, ¿qué ocurrirá? (Los lectores del manga ya lo sabemos, el resto habrá de reflexionar y esperar un capítulo más).
A modo de conclusión
Dr. Stone llega al final de una guerra que arranca desde los inicios de su historia. Lo más interesante es que Senku no solo vence a Tsukasa en la guerra, sino también a nivel intelectual y emocional. En lo racional, la frase “La fuerza también es ciencia” es lapidaria: ciencia y naturaleza no se oponen, y por lo tanto, la guerra pierde sentido. En lo emocional, la esperanza de recuperar a Mirai puede conmover a Tsukasa y rescatarlo de sus sentimientos más oscuros.