lightbulb_outline Esta reseña sobre Shingeki no Kyojin 3 contiene spoilers. Si no has visto el capítulo, te recomendamos hacerlo y después regresar a leer la reseña. Puedes leer la reseña anterior aquí.
Capítulo 10: Amigos
A pocos minutos de su muerte, Kenny Ackerman recuerda parte de su pasado y sus motivaciones personales, así como el tiempo que pasó cuidando a Levi hasta el día que decidió abandonarlo en la Ciudad Subterránea. El capitán de la Legión de Reconocimiento encuentra a Kenny en agonía y allí se entera de que el infame ex-asesino en serie es en realidad el hermano mayor de su difunta madre. En la ciudad real de Mitras, Historia es nombrada como la nueva reina de las murallas, dando fin a años de tiranía. En una escena final podemos ver al Titán Acorazado muy herido tras un combate contra el Titán Bestia, al parecer Reiner y Bertolt tenían la idea de rescatar a Annie pero el usuario del Titán Bestia no está de acuerdo ya que la misión principal es recuperar La Coordenada de Eren.
Opinión y análisis
Es sabido que todos los caminos tienen un final, y esta tercera temporada de Shingeki no Kyojin está tomando esta filosofía al pie de la letra. Con las dos primeras temporadas hemos sido testigos del universo creado por Isayama y sus constantes problemas; pero estos diez últimos episodios han servido para dar una especie de cierre a esa introducción al ir resolviendo algunos de los misterios que la serie venia planteando desde el principio. Este episodio ha dejado la acción de lado para volver a ese aire más pausado del que el mangaka intentaba escapar a principios del arco; y es más que necesario para asimilar la cantidad de información suministrada sobre uno de los personajes más enigmático y carismático de la temporada, me refiero a Kenny Ackerman. Al principio vimos una personalidad que en realidad resultaba ser solo la punta del iceberg y Wit Studio nos da todo un cambio de página dándole un desarrollo y trasfondo más profundo que el de otros personajes.
Siempre hemos escuchado que al momento de morir vemos pasar toda nuestra vida frente a nuestros ojos y este episodio se ha detenido para mostrarnos la vida de alguien que realmente no vivió, sino que lucho por no morir. Cuando Kenny conoció a Uri, el hermano de Rod, su forma de existir cambio radicalmente al haber vivido bajo la filosofía de “la ley del más fuerte”; no solo se encontró con el ser más poderoso de la humanidad, sino que también se dio cuenta de lo equivocado que estaba sobre los poderosos. Uri no era un tirano como Kenny pensaba, el rey le demostró que sentía culpa por la persecución que habían sufrido los Ackerman y que no buscada el perdón de Kenny; sino que él mismo quería disculparse. Como vemos, el objetivo de Uri no era inmortalizar el poder de su familia; y aunque la voluntad del primer rey aplasto su ideal de acabar con los titanes, Uri dedico su vida a crear un paraíso en el ocaso de la humanidad.
Cuando parecía que Shingeki no Kyojin estaba delimitando los bandos de la humanidad dentro de las murallas, pinta toda la escena de un gris lleno de dudas y contradicciones a las ideas preconcebidas que teníamos sobre los Reiss. Uri nos mostró una imagen de los Reiss totalmente matizada que hace replantearse el mapa que había Rod en episodios pasados. Kenny supo ver este matiz, y aunque no compartía la misma visión del mundo que Uri, decidió convertirse en el perro guardián de los Reiss por la curiosidad que sentía sobre aquel que desmentía su filosofía de vida. Una ideología que traslado a un familiar inesperado.
Desde la revelación del apellido de Levi nos hemos preguntado qué relación podría existir entre aquel que porta el título de “soldado más fuerte de la humanidad”, y aquel que llaman “el destripador”. La madre de Levi no quiso trasladar el negro legado que llevaba el apellido Ackerman a su hijo y Kenny no quería portar el legado de una descendencia maldita dentro de los muros; es en esta situación donde el camino de ambos de cruzan y comienzan a caminar el mismo camino con la misma forma de entender el mundo. Si Kenny había logrado no morir aferrándose a la violencia, entonces Levi podía hacer lo mismo.
El episodio mantiene su organización a pesar de los constantes saltos temporales gracias al eje central fijado en el propio narrador; Kenny nos muestra determinados momentos de su vida pero nunca pierde de vista la conclusión a la que quiere llegar, el deseo de definirse a sí mismo. “Ser la persona más importante del mundo equivale a ser la más fuerte de todas“, le responde al Djel Sanes cuando este le pregunta por qué sigue a Uri. En ese instante Kenny tomó por primera vez una decisión a largo plazo, y dejó de pensar únicamente en sobrevivir. Quería ser el más fuerte para experimentar la sensación de estar por encima de los demás, entender por qué Uri no era un tirano con todo el poder que ostentaba. Podemos ver a Kenny y Uri como enemigos naturales que se beneficiaban mutuamente; pero todo cambio cuando Frieda llego al poder con su nueva doctrina que chocaba de frente contra el pragmatismo que defendía el Ackerman. Es claro que en esos momentos la curiosidad de Kenny por esa posición crecía todavía más. ¿Por qué afecta de manera distinta a cada persona?
Con este punto volvemos al final del episodio nueve con una mirada totalmente distinta sobre el encuentro entre Kenny y Levi; se ha conseguido que la rivalidad entre ambos sea vista como una relación más compleja. Kenny siguió un camino para llegar a la autorrealización, pero fracaso; y este mismo camino puede verse reflejado en Levi, el cual le ha permitido sobrevivir pero no ha podido vislumbrar la felicidad. Aunque se entienda el rencor que siente el uno por el otro, es demasiado tarde para odiar, la mirada de Levi refleja más compasión que ira ante aquel que una vez fue como un padre para él. En sus momentos finales Kenny entiende que el poder no era la respuesta a todo; “todos somos esclavos de algo” e incluso Uri no era la excepción que buscaba la felicidad en cuidar de la humanidad dentro de las murallas. Aunque sus visiones eran diferentes, tanto Kenny como Uri estaban enganchados con una droga distinta sin importar quien tuviera el poder y si lo ejercieran o no.
Shingeki no Kyojin despide a Kenny dejando cierto sabor amargo en nuestras bocas al entender que no era un simple asesino, sino alguien que escapaba de la maldición de su apellido; algo que el universo de Isayama ha demostrado en su crueldad donde si bien la sociedad lucha por la igualdad, termina marcando con fuego las clases sociales. La serie apremia a aquellos que entienden cuál es su lugar, e Historia nos lo ha demostrado al afrontar su destino poniéndose la corona que dirigirá a la humanidad de las murallas. Con el problema dentro de los muros resuelto, ahora toca centrar la vista en el verdadero objetivo, retomar Shiganshina y descubrir lo que Grisha dejo para Eren en el sótano; una tarea que será difícil al tener que atravesar a los titanes Acorazado, Colosal y Bestia que parecen estar esperando su llegada.
Al principio creía que Kenny era una persona desalmada que sólo quería poder pero, después de ver su pasado con Uri y Levi, cambié un poco de opinión con respecto a él. Al final me dio algo de pena su muerte. Si esto me da pena, no se que esperarme de las próximas muertes (no quiero hacer mucho spoiler de quién muere).
He notado que has tardado un poco más de lo normal en publicar esta reseña pero, ¿sabes qué?, me da igual. La espera merece cuando leo tus magníficos resúmenes. ¡¡¡Buen trabajo!!!
Kenny murió muy rápido, eso me pareció. Bueno no sé, yo solo tengo dinero.
Espero que sea solo un rumor lo de la pausa, quiero que continue. Muy buena reseña, gracias!
“Pensaste que era el Titan Bestia pero No era yo, DIO”
Excelente reseña. Espero que lo de la pausa sea solo un rumor.
De momento no es algo confirmado, si se llega a confirmar encontraras la noticia en esta pagina lo mas pronto posible.
@Eoghan Desde que escuché el rumor sobre la pausa estoy revisando cada día las noticias por si lo confirmasen o no. Ojalá no lo confirmen.
Que buena reseña del capítulo 10 de SnK me gustó mucho